Una de las obras teatrales más importantes de Chéjov
Tío Vania es única entre las obras capitales de Chéjov porque es esencialmente una extensa reconstrucción de una obra publicada una década antes: Leshi ("El demonio del bosque"). Dilucidando sobre las revisiones específicas redujo a los personajes de dos docenas a nueve, cambiando el climático suicidio del “demonio del bosque” en un famoso y frustrado homicidio del “Tío Vania”, y alterando el original final feliz en uno más problemático. Críticos como Donald Rayfield, Richard Gilman, y Eric Bentley siguieron muy de cerca el desarrollo del método teatral de Chéjov durante la década de 1890.
Tío Vania tiene como tema central el deterioro de la vida, lo que se puede observar a través de la visión de los personajes y de sus respectivas miserias. Un aspecto clave de la obra es la descripción que hace Chéjov sobre los sentimientos de hastío y tedio que muestran todos los personajes en mayor o menor medida: Vania se siente hastiado de una existencia mediocre en la finca, Sonia se siente hastiada de sufrir por un amor no correspondido, Elena lamenta el hastío de un matrimonio sin amor a quien sacrificó sus energías, Ástrov sufre el tedio de ser médico rural esperando un cambio de fortuna que nunca llega, y el mismo Serebriakov se retira a la finca al estar harto de su mediocridad profesional en la ciudad. Es este sentimiento de hartazgo y fastidio el que, pese a sus características, genera el conflicto entre los protagonistas, que da forma al drama.
SONIA.—¡Está muy mimado! (Rebuscando en el aparador.) ¿Quiere comer algo?
ASTROV.—Quizá sí.
SONIA.—Me gusta comer por la noche. En el aparador me parece
que hay alguna cosa... Dicen que durante toda su vida tuvo gran éxito
con las mujeres, y que son ellas las que le mimaron... Tome queso. (De pie, junto al aparador, ambos comen.)
ASTROV.—Hoy, hasta ahora, no había tomado nada. No había hecho más que beber... Su padre tiene un carácter difícil... (Cogiendo una botella del aparador.) ¿Puedo? (Bebe una copa.)
Aquí no hay nadie y, por tanto, es posible hablar claramente...
¿Sabe?... ¡Se me figura que yo en su casa no podría vivir ni un mes!...
¡Me ahogaría en esta atmósfera!... ¡Su padre..., sin más idea que su
gota y sus libros; su tío Vania, con su murria, su abuela..., y, por
último, su madrastra!
SONIA.—¿Y qué le pasa a mi madrastra?
ASTROV.—¡En el individuo todo tiene que ser maravilloso: el
rostro, el vestido, el alma, el pensamiento!... ¡Ella es maravillosa
-esto está fuera de toda discusión-; pero..., su vida se reduce a comer,
a dormir, a encantarnos a todos con su belleza y pare usted de contar!
Carece de obligaciones, mientras los demás trabajan para ella...., ¿no
es así?... Una vida ociosa no puede ser límpida. (Pausa.) Tal vez
soy excesivamente severo en mis juicios...; quizá porque, como a su tío
Vania, mi vida no me satisface..., razón por la que ambos nos hemos
hecho gruñones.
121 págs. / 3 horas, 33 minutos.
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Publicado el 9 de febrero de 2018 por Edu Robsy.
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