No hay más información sobre el texto «El Drama de las Bambalinas».
Este texto forma parte del libro «Aguas Fuertes».
No hay más información sobre el texto «El Drama de las Bambalinas».
Este texto forma parte del libro «Aguas Fuertes».
Leer en línea «El Drama de las Bambalinas»
Descargar PDF «El Drama de las Bambalinas»
Descargar ePub «El Drama de las Bambalinas»
Descargar Kindle «El Drama de las Bambalinas»
Edición dislexia «El Drama de las Bambalinas»
Enviar a Kindle «El Drama de las Bambalinas»
Enviar a Pocketbook «El Drama de las Bambalinas»
Regalar ebook «El Drama de las Bambalinas»
Edición física «El Drama de las Bambalinas»
Denunciar libro «El Drama de las Bambalinas»
Era necesario verle con un reverbero en la mano derecha, el libro en la izquierda, una barretina colorada en la cabeza a guisa de uniforme, deslizarse velozmente por los bastidores acudiendo a opuestos parajes en nada de tiempo, poniendo prisa a los empleados, contestando al sin número de preguntas que le dirigían, y esparciendo órdenes en estilo telegráfico como un general en el fragor de la batalla.
Con todo, Antoñico tenía un grave defecto: le gustaban demasiado las mujeres. Quizá digan ustedes que este defecto no es grave: en cualquier otro hombre, convengo en ello, pero en Antoñico, un funcionario dramático de tal importancia, era un pecado mortal. No hay más que pensar en que tenía bajo su inmediata inspección a varias actrices secundarias, o sean racionistas, y que aun las principales veíanse obligadas a estar con él en una relación constante. De donde resultaban a menudo algunos disgustillos y desórdenes que se hubieran evitado si nuestro traspunte tuviese un temperamento menos inflamable. Verbigracia; se hubiera evitado que Narcisa, la jovencita que desempeñaba papeles de chula, se fuese del teatro dando un fuerte escándalo, diciendo a quien la quería oír que Antoñico pellizcaba las piernas a las actrices en las ocasiones propicias; y también que la mamá de Clotilde, la primera dama, se quejase al empresario de que Antoñico fuese con demasiada prisa a levantar a su hija siempre que caía desmayada al terminarse un acto. Hay que convenir en que todo esto era muy feo y dañaba no poco a la respetabilidad del traspunte; que vuelvo a decir, era sin disputa el alma del teatro.
6 págs. / 10 minutos.
49 visitas.
Publicado el 26 de octubre de 2020 por Edu Robsy.
Este texto no ha recibido aún ninguna valoración.
Para valorar «El Drama de las Bambalinas» es necesario identificarse en textos.info.
77 libros publicados.