Wenn es regnet, geht man nicht spazieren.
—dicho alemán.
Radtalen, 5.— Hoy, cinco, a las horas, p. m, el
prestigioso investigador y erudito doctor Herr Pfeffer, ha dado a
conocer los resultados, asombrosos por cierto, de sus últimas
investigaciones. El conocido doctor Pfeffer, partiendo de la simbología
esvástica de las edades del hierro en Centroeuropa, sospechó que la
citada cruz no era, como algunos pretendían, una abstracción del sol,
sino una representación esquemática del movimiento circular: es decir,
de la rueda.
Tras diez años de continuos viajes (la India, Grecia, Cáucaso, etc.) el doctor Pfeffer ha hecho público hoy que la rueda no se trata de un invento fortuito, sino de un plan donde concurrieron todas las tendencias mágicas de la época. En suma, que la rueda se inventó a propósito en un intento de imitar a la naturaleza.
Posteriormente, en el salón de actos del municipio de Radtalen (Baja Renania) informó de que el tal descubrimiento tuvo lugar en Centroeuropa y, más específicamente, en los alrededores de Radtalen, donde todavía se alza un espeso bosque, que, según es fama, sirvió para la celebración de misterios idólatras allá por las oscuras edades del hierro. Desde esta ciudad, precisamente, salieron las primeras hordas de dorios que invadieron la Grecia aquea.
La comunicación del doctor Pfeffer ha causado sensación en todos los medios de Radtalen, donde se ha acordado celebrar el próximo congreso de Fabricantes de Neumáticos Reunidos, como homenaje al lugar donde la rueda vio la primera luz.
Radtalen, 6.— Con grandes manifestaciones de
fervor y entusiasmo público, el doctor Pfeffer y el burgomaestre de
Radtalen han dirigido la palabra a una enorme multitud congregada en la
plaza porticada de Múntzenplatz, añosa reliquia del medioevo alemán.
El conocido doctor Pfeffer dijo, entre otras, las siguientes palabras: "a vosotros, vecinos de Radtalen, os cabe el honor de ser los últimos descendientes de aquellos hombres que, sacrificándose por la civilización y el progreso inventaron la rueda hace cuatro mil años". Añadió: "yo estoy seguro de que nadie, en el mundo, dejará de admiraros. Sois el último reducto de una civilización señera que, con retraso, ha posibilitado que nuestro siglo sea el de los grandes medios de comunicación".
A continuación tomó la palabra el burgomaestre de Radtalen, Herr Emsig, que glosó las magnificencias de la rueda en la moderna sociedad de consumo: "¿Qué avión —dijo— no va provisto de seis o doce ruedas? ¿Qué tren? ¿Qué automóvil? Fue Radtalen la que posibilitó estos inventos. ¿Qué central eléctrica no tiene ruedas y engranajes? ¿Qué motor? ¿Qué máquina? A los habitantes de Radtalen les cabe, desde hoy, el honor de estar a la cabeza del mundo civilizado y así deberán reconocerlo todas las naciones que sin aquellos valientes y arriesgados antepasados nuestros, jamás hubieran sido lo que ahora son".
Herr Emsig fue interrumpido numerosas veces por salvas de cerrados aplausos con que la multitud le obsequiaba. Los más viejos del lugar cuentan que nada tan emocionante había sucedido desde la visita del Führer en 1937, acontecimiento que, también, levantó oleadas de fervos popular mientras se cantaba el "Deutschland über alles", como se ha vuelto a hacer hoy, enardecidos los 1habitantes de Radtalen por las palabras de su burgomaestre, que terminó así:
"Demostremos con nuestro estilo y disciplina que nosotros, los ciudadanos de Radtalen, seguimos siendo un ejemplo para la humanidad".
Se dieron gritos de ¡Heil Emsig!
Radtalen, 7.— Algunos eruditos de la Universidad
de Artig (universidad de gran prestigio desde la época de Federido
Barbarroja) han expresado sus reticencias sobre las teorías que el
doctor Pfeffer dio a conocer el pasado día 5. En su opinión, sería
arriesgado suponer que la rueda se inventó en un solo lugar; es muy
posible, según los profesores de Artig, que la rueda naciera
simultáneamente en tres o cuatro localidades, a saber, München, Münster y
Berlín, además de Radtalen.
A última hora el doctor Pfeffer ha manifestado su repulsa por el intento de los profesiones de Artig de obstaculizar el camino de la verdad y el progreso. Mientras la emisora local radiaba su mensaje, más de cinco mil personas se manifestaban portando pancartas en las que se leía: "Das Rad für Radtalen", que quiere decir "La rueda para Radtalen". También algunos exaltados opinaban: "Radtalen ist den Kopfen dem Erdem", que es lo mismo que "Radtalen es la cabeza de la Tierra", o aquello otro que ya decían los romanos: Caput Mundi.
El burgomaestre, Herr Emsig, ha rogado a la población que mantenga la calma: "tengo conciencia —ha dicho en la emisora local— de la malquerencia de los sabios profesores de Artig. Dudar de nuestra paternidad en lo que a ruedas se refiere es, a estas alturas, un absurdo, mein Gott! Sin embargo, mantener la ecuanimidad fue lo que hizo que nuestros ancestros inventasen la rueda mientras los vecinos se reían de su talento. Mantened la ecuanimidad y yo os prometo que mañana, con el alma dispuesta, el municipio tomará sus medidas".
Sonaron de nuevo los gritos de Heil Emsig! por las calles.
Radtalen, 8.—El "Die Welt" comenta hoy los
singulares acontecimientos sucedidos en Radtalen bajo un editorial
titulado "La rueda y la política". El articulista se pregunta si estamos
asistiendo a un nuevo nacimiento del Nacionalsocialismo, donde la cruza
gamada hubiese sido disimulada en el emblema de la rueda. Asegura,
después, que los gritos de Heil Emsig! no pueden ser más significativos.
Los medios gubernamentales guardan un precavido silencio sobre este asunto tan escabroso.
Mientras tanto, en Radtalen, la gente sigue manifestando su descontento por la oposición de los profesores de Artig, y el doctor Pfeffer les desafía a que aporten pruebas concluyentes de lo que afirman. "Es —según él— del todo imposible que, simultáneamente a la rueda de Radtalen, se inventasen otras en München, Münster y Berlín". Los sabios de Artig han respondido diciendo que "el doctor Pfeffer es un metomentodo y que, en cualquiera de los casos, la gloria de la rueda revierte en Alemania, de modo que es absurdo salir ahora con nacionalismos tan trasnochados como los del doctor, que pretende atribuir todo el mérito a la Baja Renania y, más detalladamente, a Radtalen". "Lo que es de un alemán —terminan los sabios—, es de todos los alemanes".
Herr Emsig, el burgomaestre, ha enviado telegráficamente una súplica al gobierno para que envíe una junta de sabios, filósofos e historiadores a dar una sentencia arbitral. "Todo —ha dicho— antes que permitir que las glorias de Radtalen anden de boca en boca, siendo motivo de burla y pedantería. Debe quedar, y para siempre, bien establecida la paternidad de Radtalen en cuanto a ruedas se refiere".
El Congreso de Fabricantes de Neumáticos Reunidos se celebrará, pese a todo en el marco de esta histórica ciudad.
Radtalen, 9.— Los sabios de Artig han cambiado su postura. La gente, enterada de la novedad, canta alegres lieder
por las calles concurridísimas de Radtalen, adónde siguen acudiendo
turistas de toda Alemania en busca de los Padres de la Rueda, como se
les empieza a llamar. A primera hora de hoy el doctor Pfeffer ha
recibido un telegrama de los profesores de Artig, telegrama cuyo texto
pasará a la historia: UNIVERSIDAD DE ARTIG RECONOCERÁ PATERNIDAD DE
RADTALEN EN CUESTIÓN RUEDA, COMA, SI PFEFFER RECONOCE QUE EN ARTIG
DESCUBRIOSE LA PÓLVORA.
A la hora del almuerzo llegó la comisión gubernamental encargada del arbitraje. Fueron recibidos en la estación por Herr Emsig que, inmediatamente después, les obsequió, en el ayuntamiento, con una copa de vino renano. Se consumieron —dato curioso— trescientas veintiséis salchichas de la mejor calidad.
Acto seguido, la comisión se trasladó al bosque cercano, donde Pfeffer afirma que nació la rueda. Según las impresiones recibidas, la comisión opina que, "en un bosque así, bien pudo inventarse rueda". Un periodista de Die Welt les ha preguntado porqué, a lo que ha respondido el portavoz: "una simple rodaja de tronco ya constituiría una rueda aceptable".
La población, llena ya de visitantes, está ganando más dinero que en plena temporada turística. Se viven, además, momentos de expectación porque, aunque la comisión gubernamental falle en favor de Radtalen, la última palabra la tiene el conocido doctor Pfeffer al responder a los profesores de Artig.
Al cerrar la edición.— ¡Pfeffer ha dicho que sí!
A última hora, el doctor Pfeffer ha cursado el siguiente telegrama: EN
MI OPINIÓN, COMA, LIBRE DE CUALQUIER INTERÉS PERSONAL, COMA, PÓLVORA
DESCUBRIOSE EN ARTIG. PFEFFER.
A lo que han respondido desde la famosa universas: ÚLTIMAS INVESTIGACIONES CONCLUIDAS. PUNTO. ES UN HECHO QUE LA RUEDA INVENTOSE EN RADTALEN. PROFESORES.
Radtalen, 10.— El gobierno alemán lo ha
ratificado. Desde hoy, los textos escolares llevarán el dato siguiente:
"la rueda, uno de los mayores progresos de la humanidad, fue inventada
en Radtalen, 1.500 años antes de Cristo, por nuestros compatriotas".
El ayuntamiento, reunido en pleno desde la mañana, ha hecho un resumen de los sucesos ocurridos en estos últimos seis días, y ha tomado algunos acuerdos. Por ejemplo, el municipio invertirá un cuarto de millón de marcos en hacer un enorme neumático alado, rodeado por las nueve musas en actitudes alegóricas. El pedestal, redondo, simbolizaría el mundo, que tanto se ha aprovechado de tan singular invento alemán.
Además, el burgomaestre, Herr Emsig, ha ordenado la confección de medio millar de cartas circulares para ser enviadas a todos los países. EN ellas, y a título de ruego, se instruye a los gobiernos para que, a ser posible, la rueda vulgar reciba en adelante el nombre de radtalensa o radesa, según la aclimatación de estos vocablos a cada idioma, ya que, en un futuro sería un visible insulto seguir llamando rueda a algo que en realidad se descubrió en Radtalen.
De nuestro corresponsal en Radtalen (Baja Renania).
Publicado en el Diario Menorca el 21 de noviembre de 1972.