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Asturias tiene la fama
de las mujeres bonitas
del vino y del aguardiente;
y de los hombres valientes
Porque en España, una vez comidos y bebidos adecuadamente, los hombres son asturianos sin excepciones...
En fin: que grité y que en el grito encontré la primera sorpresa y el primer entretenimiento. Nos sabía la fuerza de mi voz. Grité en el dormitorio; y en el baño después; y en el comedor, en la cocina, mientras me iba bebiendo la botella de leche. Grité, por fin, sobre la desierta calle:
—¡Aeoh! ¡Aeoh! —nadie respondía. Ni el eco, porque las ciudades no lo tienen: el eco es patrimonio exclusivo de la naturaleza y de los estudios de grabación.
—¡Aeoh! ¡Aeoh! —aburrido ya. Cuando uno grita quisiera fastidiar al menos a media docena de malandrines surtido y no quedarse así, sin respuesta, sin la atención de nadie que se sienta ofendido.
Abrí el balcón y salí tal como estaba, en calzoncillos. Se me ocurrió, para pasar por el cuello tanta y tanta soledad, jugar a hombre importante:
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Publicado el 1 de septiembre de 2021 por Edu Robsy.
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