Ramón de Mesonero Romanos (Madrid, 19 de julio de 1803-Madrid, 30 de abril de 1882) fue un escritor y periodista español, cuyos estudios históricos y artículos de costumbres dedicados a la ciudad de Madrid le hicieron acreedor de los títulos de cronista y bibliotecario perpetuo de la villa.
El Trienio Liberal marcó profundamente al autor con su atmósfera liberal y revolucionaria, a tal extremo que se alistó como miliciano nacional con apenas dieciocho años. Por entonces publicó sus primeros cuadros de costumbres: Mis ratos perdidos o ligero bosquejo de Madrid en 1820 y 1821.
Mesonero, distinguido vecino del número 7 de la antigua plaza de Bilbao, paseante incansable del antiguo Madrid, fue asiduo de la tertulia de «El Parnasillo», como miembro de la llamada «Partida del Trueno», con José de Espronceda, Ventura de la Vega, Patricio de la Escosura, Miguel de los Santos Álvarez, Mariano José de Larra, Romero Larrañaga, Pelegrín, Segovia, entre otros románticos de espíritu ilustrado, artistas, dramaturgos y empresarios. El más unido a Mesonero fue quizá José María Carnerero, periodista y dramaturgo, que lo introdujo en los medios periodísticos más importantes de la época. Juan Grimaldi fue otro de los colegas del «El curioso parlante», sobrenombre con el que Mesonero firmaba sus escritos.
Redactó con Estébanez Calderón la revista Cartas Españolas, y en el periodo comprendido entre 1845 y 1850 se dedicó al Ayuntamiento de Madrid como concejal. Su Proyecto de mejoras generales, leído en la sesión de la Corporación municipal el día 23 de mayo de 1846, supuso una auténtica remodelación del Madrid de la época. Años más tarde redactó nuevas Ordenanzas municipales que rigieron largo tiempo.
Después inició una intensa actividad literaria: hizo ediciones de los dramaturgos contemporáneos y posteriores a Lope de Vega y Rojas Zorrilla para la Biblioteca de Autores Españoles, y fue cronista oficial a partir del 15 de julio de 1864. También colaboró en El Indicador de las Novedades, el Correo Literario y Mercantil, Revista Española, Diario de Madrid y en la revista Semanario Pintoresco Español, de la que fue fundador.
Ingresó en la Real Academia el 3 de mayo de 1838 como académico honorario y el 25 de febrero de 1847 como miembro de número. Fue un activo ateneísta y bibliotecario nombrado a perpetuidad por el Ayuntamiento, que más tarde compró su biblioteca por 70.000 reales. De su inicial liberalismo evolucionó al conservadurismo que se percibe en sus Memorias de un setentón.