Relato de las vicisitudes de un aprendiz de vendedor
Con maestría y grandes dosis de humor, Baldomero Lillo explica las valiosas lecciones vitales aprendidas por un aprendiz en una tienda de ropa y género. El futuro hortera se enfrenta a un mundo tan desconocido como sorprendente bajo las órdenes de su resabiado jefe.
—Ante todo —empezó— exijo de mis empleados en su trato con los
clientes una honradez y delicadeza irreprochables. La espléndida
prosperidad de nuestra casa es el fruto de la seriedad y rectitud de sus
procedimientos. Sin olvidar esta regla invariable, usted debe velar por
nuestros intereses más que por los suyos propios. Cuide muy
escrupulosamente de no excederse ya sea en la cantidad, peso o medida de
lo que se expenda. Cualquier negligencia en este sentido la consideraré
como un robo directo, sin circunstancias atenuantes. El exceso en la
entrega o el menoscabo en el valor son crímenes de lesa comerciabilidad
y, por lo tanto, imperdonables.
Antes de dar un precio, examine al comprador para ver qué lugar le
corresponde en la clasificación que ha hecho la casa de todos sus
clientes y, según dicho examen, recargará usted el precio sobre el
mínimo marcado en el artículo. Esta clasificación hecha por grupos es un
poco difícil para los principiantes, pero ya la dominará usted con la
práctica.
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Publicado el 26 de septiembre de 2023 por Edu Robsy.
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