Diez argumentos a favor de la lectura en formato digital
16 de mayo de 2018 / Edu Robsy
No nos engañemos: no hay nada comparable a tomar de una estantería un libro al azar, abrirlo y empezar a leer. No se trata únicamente de la naturalidad del gesto y su inmediatez para los que somos lectores, sino de todas las sensaciones que lo acompañan: el olor del papel, sea un libro nuevo o un libro viejo, su tacto, su peso, la encuadernación. Hasta incluso la idea misma de aventura, de promesa, que supone girar la primera página y adentrarnos en el texto. Además, no hay nada más sencillo de usar que un libro en papel: se abre y se lee.
Comparado con esto, la lectura en formato digital es una experiencia menos interesante, más pobre en sensaciones. Por esto se explica en parte que la tan inevitable desaparición de los libros en papel que vaticinaban los agoreros no solo no se haya producido, sino que ahora estamos casi seguros de que no llegará a suceder nunca. Los datos son concluyentes: la compra de obras en formato electrónico, pese a tener una cuota significativa del mercado, no es, ni mucho menos, la opción preferida por los lectores y, además, se ha estancado su crecimiento. Por el contrario, los libros en papel no dejan de crecer en cifras, algo inimaginable hace apenas unos años.
Evidentemente hay otros muchos factores más complejos que explican este fenómeno: el libro en papel como objeto de regalo, el auge de los libros infantiles, la política de precios de las editoriales...
En cualquier caso, desde textos.info queremos romper una lanza a favor de la lectura en formatos electrónicos y tratar de destacar los beneficios específicos que nos aportan los libros digitales sobre sus hermanos mayores en papel.
1. Disponibilidad: todos los libros al alcance de la mano
El catálogo de libros disponibles en formato digital es enorme y crece día a día. Si uno tiene la suerte de vivir en una ciudad grande, con librerías o bibliotecas bien surtidas, no suele haber problemas para encontrar títulos en papel. Pero en ciudades más pequeñas y pueblos esto puede no ser así. Ser capaces de encontrar casi cualquier título de forma inmediata es una ventaja innegable que puede apreciar cualquier lector que haya sufrido el problema de no encontrar el libro que busca.
Pero incluso en las ciudades más grandes nos podemos encontrar con un problema que afecta irremediablemente a casi todos los libros en papel: que estén descatalogados. Cuando la editorial deja de producir y distribuir un libro, la única forma de comprarlo es tratar de localizar restos editoriales en alguna librería o recurrir al mercado de segunda mano, haciéndose muy difícil conseguir según qué títulos. Sin embargo, en formato digital es mucho más difícil que suceda: la editorial puede seguir distribuyendo libros mucho después de su publicación y sin que suponga un coste para ellos.
2. Inmediatez: libros al momento
Para conseguir un libro físico hay que desplazarse hasta la biblioteca y asegurarse de que no esté ya en préstamo, o ir hasta la librería a comprarlo. ¿Y si no lo tienen? Pues hay dos opciones: pedirlo a través de la propia tienda o a través de Internet. En cualquier caso, de una forma u otra, es un procedimiento que supone invertir algún tiempo antes de empezar a leer.
Los libros en formato electrónico, sin embargo, se consiguen a través de Internet, y una vez localizados, se descargan de forma prácticamente instantánea, con lo que no hay esperas y se pueden empezar a leer de forma inmediata.
3. Portabilidad: leer en cualquier lugar
La ventaja del libro en papel es que puede proporcionarnos muchas horas de entretenimiento en un formato pequeño y bastante resistente. Las ediciones de bolsillo, con su pequeño formato y precio asequible, son grandes compañeras de viaje y aventuras. El problema es cuando tenemos que llevar más cosas además del libro o cuando llevamos más de un libro. Supone más peso y, por lo tanto, una mayor incomodidad.
La ventaja de los libros electrónicos es que no ocupan lugar físico. El lector sí que lo hace, evidentemente, pero en un único dispositivo podemos llevar una biblioteca entera sin que por ello ocupe o pese más. Además, podemos usar como dispositivo de lectura otros equipos digitales que tengamos que llevar igualmente, como un teléfono móvil, una tableta o un ordenador portátil.
4. Versatilidad: más opciones de lectura
Los libros en formato digital son mucho más versátiles que los libros en papel, en el sentido de que podemos leerlos y consultarlos de muchas formas distintas. Se puede cambiar el tamaño de la letra y los colores, se pueden ampliar las imágenes, se pueden marcar páginas, incluir anotaciones o ver notas al pie de una forma inmediata y sencilla. Nos permiten consultar palabras en el diccionario con solo un toque o buscar información adicional sin ningún esfuerzo. Posibilitan realizar búsquedas textuales inmediatas y, en definitiva, enfrentarnos a la lectura con muchas más herramientas.
Según que dispositivos y aplicaciones de lectura posibilitan la lectura automática del texto en voz alta. Es decir, no tenemos que leer nosotros: es el propio aparato el que nos lee de viva voz el libro. Es posible incluso traducir el texto de forma automática si la obra original no está en nuestro idioma. También nos proporcionan estadísticas sobre nuestros hábitos de lectura y pueden llegar a hacernos recomendaciones de libros en base a nuestros gustos, de acuerdo con el historial de lecturas anteriores.
Además, un mismo texto digital puede ser leído en diferentes dispositivos, según nuestra conveniencia en cada momento, adaptándonos así a las circunstancias. Y, por su naturaleza digital, el trabajo de catalogación, ordenación y de marcapáginas, lo hace el propio dispositivo de lectura.
Como demostración final de su versatilidad, los libros en formato electrónico pueden hacer el camino contrario y, con una simple impresora, pasar a ser libros en papel, con lo que el formato permitiría aquí su distribución remota e inmediata pero en nada afectaría a la forma en que leemos.
5. Accesibilidad: lectura para todos
Leer un libro en papel parece algo inmediato y sencillo, ¿verdad? Basta con abrir el libro y empezar la lectura. Sin embargo, esto supone hacer varias suposiciones: que la persona pueda y sepa leer, por una parte, y que pueda manipular un libro físico.
El hecho de que el contenido del libro esté en formato digital permite superar todas estas barreras. Ya hemos comentado la posibilidad de que el dispositivo lea en voz alta el texto, lo que permitiría disfrutar de las obras a personas con problemas de visión. Pero existen dispositivos que convierten automáticamente texto en formato electrónico a Braille, el lenguaje táctil que emplean las personas ciegas para leer y escribir. Y se pueden adaptar también los dispositivos digitales para responder a casi cualquier tipo de problema físico.
Incluso para las personas con dislexia, para las que la lectura puede ser un auténtico tormento, es posible mejorar su comprensión lectora mediante algo tan sencillo como emplear una fuente de letra adaptada, que reduce las dificultades de confusión de signos. La flexibilidad de los formatos digitales permite hacer todo esto y mucho más: el límite lo pone la imaginación.
6. Sostenibilidad: menor impacto medioambiental
La realidad física de los libros en papel hace patente el consumo de recursos que supone su impresión y transporte. Para hacer libros hay que talar árboles con los que producir papel para imprimirlos. Afortunadamente ya es muy habitual que el papel que se utiliza para producir libros provenga de bosques con garantía certificada de sostenibilidad o incluso con papel reciclado, pero aún así es cierto que supone un consumo de recursos, como agua y energía, y la emisión de gases de efecto invernadero.
El otro impacto medioambiental de importancia de los libros de papel es que tienen que transportarse desde su lugar de producción hasta el cliente final, pasando por todos los intermediarios y puntos de venta. Este transporte supone emisiones contaminantes y consumo de recursos no renovables, como los combustibles de los vehículos.
Por su parte, si bien es cierto que la lectura de un libro en formato electrónico supone necesariamente consumo energético, éste es relativamente bajo. La producción y distribución de los dispositivos de lectura sí que supone un consumo de materiales y energía, así como una huella de carbono que puede ser más o menos elevada según el tipo de equipo digital. En cualquier caso, se calcula que si en un ebook de tinta electrónica se leen más de 20 libros, el impacto medioambiental ya es netamente positivo en comparación con el equivalente en papel.
Esta huella de carbono, además, es mucho menor cuando los libros electrónicos se leen desde un dispositivo de tipo general, ya que no implica la fabricación de un dispositivo separado.
7. Interactividad: integración de contenido multimedia
Los libros en formato electrónico, por su naturaleza digital, permiten la integración de contenidos más variados que los que permite un libro en papel. Así, además de imágenes en color, permiten la integración de audio, vídeo y contenidos hipertextuales, enlazando entre sí diferentes partes del libro entre sí o con otros libros y recursos de internet.
Esta interactividad los hace idóneos para ofrecer un contenido más rico y diverso, superando el concepto tradicional del libro en papel. Estas funcionalidades los convierten en una herramienta formidable para el aprendizaje y el estudio.
8. Virtualización: biblioteca como activo digital
Una biblioteca en papel ocupa un espacio físico proporcional al número de volúmenes que la componen y puede tener un peso considerable, sin contar con los muebles necesarios para colocar todos los libros que la componen. A los lectores nos encanta tener nuestros libros en casa y disfrutamos cada vez que ampliamos nuestra biblioteca personal. Pero este orgullo lector está reñido con la practicidad: consumen un espacio considerable de nuestras casas y cualquier mudanza se convierte en un drama cuando hay que transportar algunos cientos de volúmenes. Los que hayan pasado por ello saben perfectamente a qué me refiero.
Además, los libros físicos se van deteriorando con el paso del tiempo y con su lectura, además de acumular polvo y ser muy vulnerables a la humedad, fuego, plagas... Por no hablar del otro gran enemigo de los libros físicos: prestárselos a amigos que no los devuelven.
Todos estos problemas desaparecen con los libros en formato digital: no ocupan espacio físico -en una simple tarjeta de memoria microSD se pueden almacenar miles de libros-, se pueden duplicar y almacenar incluso en la nube y cada copia es idéntica al original, no deteriorándose con su lectura o el simple paso del tiempo. La mudanza de una biblioteca digital puede ser tan sencilla como cambiar la tarjeta de memoria o llevar con nosotros el teléfono móvil. Idealmente, podemos prestar el libro sin prescindir nosotros de tenerlo y sin temor a que no lo devuelvan: es un activo digital, que se puede copiar indefinidamente y resulta indistinguible del original.
9. Ergonomía: leer de la forma más cómoda
Al hablar de su versatilidad y su accesibilidad estábamos adelantando este punto. Podemos ajustar el tamaño y tipo de letra a uno que nos resulte cómodo para leer sin fatigarnos la vista. Se puede elegir la combinación de color que resulte más adecuada. Los dispositivos se ajustan para leer en formato apaisado o vertical, para ser controlados con la mano izquierda o derecha.
Además, un libro electrónico estándar es mucho más ligero que un bestseller en rústica, que puede ser peligroso para nuestra integridad física si somos de los que leemos en la cama.
Las opciones de pantalla retroiluminada nos permiten leer en la oscuridad sin encender lámparas, mientras que las pantallas de tinta electrónica permiten a leer a plena luz del sol con el mismo confort que si fuera papel. Combinaciones de botones y pantallas táctiles permiten un control cómodo y una navegación intuitiva.
Incluso hay modelos que tienen la misma resistencia física que un libro en papel: anticaídas, antipolvo e impermeables, con lo que son una opción fiable para las vacaciones veraniegas.
10. Precio: un ahorro considerable
Si el precio de los libros en papel es bastante variable en función del tipo de edición, el precio de los libros en formato electrónico lo es todavía más. En general, siempre resultan más baratos que los libros en papel, dado que no hay que fabricar ni transportar nada, pero la diferencia de precio, al menos en cuanto a novedades y bestsellers, no es tan grande como podría parecer a priori. Es un tema, al final, de política comercial de cada editorial.
Sin embargo, donde hay un ahorro considerable es con los servicios que permiten la descarga ilimitada de obras a cambio de un pago periódico, que viene a ser como una tarifa plana para lectores. Además, hay otras muchas opciones para conseguir obras digitales de forma legal y gratuita, entras las que se encuentra esta página, textos.info.
Los dispositivos de lectura sí pueden tener un precio elevado, pero si ya disponemos de un teléfono móvil inteligente, una tableta o un ordenador, no hace falta adquirir un dispositivo separado.
En el reverso de este ahorro está también que muchos modelos de comercialización de libros electrónicos proponen una compensación mayor por derechos de autor al escritor de la obra, e incluso el hecho de que se posibilita con un mayor grado de igualdad la autoedición de obras por autores tanto noveles como consolidados, lo que no resulta nada fácil cuando se trata de libros en papel.
Conclusión
Como indicaba al principio, leer un libro en papel es una experiencia única a muchos niveles y un placer para los sentidos inimitable. Los libros en formato digital nunca podrán compararse a los libros en papel a este nivel, pero ello no quiere decir que no tengan una serie de ventajas más que notables que pueden hacer de ellos una buena alternativa para los lectores.
El objetivo principal de textos.info es proporcionar gratuitamente obras de calidad de forma legal, por lo que el formato digital es imprescindible, al no tener ningún coste la copia de ejemplares de cada obra.
Os invitamos desde aquí a que nos comentéis qué otras ventajas habéis descubierto como lectores de libros en formato electrónico. Y no, no os preocupéis: también hablaremos más adelante de sus desventajas, que las hay.
Feliz lectura a todos.