Libro gratis: Rusia en 1931, Reflexiones al pie del Kremlin
de César Vallejo


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Crónica, viajes, política


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Rusia en 1931

Crónicas y reportajes sobre la Rusia revolucionaria

Libro de crónicas y reportajes, donde el autor reúne sus impresiones sobre los alcances de la revolución comunista en suelo ruso, fruto de sus viajes a lo largo de la Unión Soviética, entre 1928 y 1929. Publicada en Madrid, en julio de 1931, fue en su día un auténtico éxito editorial, con tres ediciones en menos de cuatro meses.

Vallejo había realizado dos viajes a la Unión Soviética, en octubre de 1928 y en octubre de 1929 (haría otro a fines de 1931), recorrido que aprovechó para hacer reportajes, escribir crónicas y tomar apuntes, todos ellos relacionados con el experimento socialista en suelo ruso. Algunos de esos artículos aparecieron en publicaciones de Lima, como en el diario El Comercio.

Sin embargo fue en España donde dichas crónicas despertarían mayor interés, pues la revolución rusa y los experimentos del estalinismo eran temas de actualidad, en medio de la efervescencia político-social en que se debatía dicho país. Desde el 1º de febrero de 1930 Vallejo publicó sus crónicas en la revista Bolívar, que fundara su gran amigo peruano Pablo Abril de Vivero en Madrid. Tal fue su resonancia, que una firma editorial recién fundada, Ediciones Ulises, encargó a Vallejo un libro que recogiera todos sus artículos relacionados con la URSS.


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Fragmento de «Rusia en 1931»

—Es lo que ocurre en los países capitalistas.

—Exactamente. Y hasta aquí, la racionalización —aumento de productividad de la máquina con el menor número de obreros— se ajusta en régimen capitalista a leyes intrínsecas y justas de la dialéctica mecánica. En régimen socialista sucede lo propio. La racionalización en el trabajo soviético se desenvuelve, hasta este punto, paralelamente a lo que se hace en el trabajo norteamericano. Mas a partir de aquí se produce una discrepancia rotunda y fundamental. La transformación de la maquinaria, en la técnica capitalista, es, como acabo de decir, desenfrenada. El apetito patronal de producir más y mejor en menos tiempo y gastando menos, para vencer así a sus concurrentes en el mercado mundial, lleva al fabricante a una carrera desatentada en materia de racionalización. Sus ingenieros y profesores no cesan de inventar nuevos aparatos. Una dramática competencia de racionalización se produce entre los fabricantes. El sistema es el siguiente: El aparato transformado o perfeccionado requiere, pongamos por caso, el 75 por 100 únicamente de la energía humana empleada en el manejo del aparato anterior, es decir, que si este necesitaba antes de dos obreros, después no necesita más que de uno y tres cuartos de obrero. El fabricante, en vez de suprimir de los dos obreros en trabajo un cuarto de obrero, Suprime, de hecho, un obrero y deja a cargo del nuevo aparato, tan sólo un trabajador. Los resultados son, entre otros, los siguientes: Primero: Se ha doblado el esfuerzo del único trabajador que queda al servicio de la nueva máquina, pagándole el mismo salario que ganaba antes. Segundo: Este trabajador, al hacer ahora por dos o, más exactamente, por uno y tres cuartos de obrero, llega pronto a aniquilarse. Tercero: Este aniquilamiento si se trata de un aparato de seguridad, le impide a la larga de vigilarlo debidamente, y una catástrofe o accidente es inevitable. La mayoría de las catástrofes mineras, de transportes, atea tienen aquí su causa. Cuarto: El obrero así racionalizado agota al poco tiempo todas sus energías y, joven aún, se ve incapacitado para trabajar, enferma y muere en la miseria. Quinto: El obrero eliminado del trabajo por el perfeccionamiento de la máquina va a engrosar el ejército de desocupados y, como todos éstos, sucumbe en la miseria. Sexto: Como el patrón no sólo quiere que la nueva máquina fabrique mil automóviles, por ejemplo, al mes con cien obreros, en vez de fabricarlos con doscientos, sino que quiere que ella fabrique mil doscientos automóviles al mes, la producción aumenta entonces con tal velocidad, que llega a agotar la capacidad adquisitiva del mercado. Al poco tiempo, las fábricas inundan el mercado con sus productos y los stocks quedan sin compradores. La superproducción se detiene sólo entonces, A partir de ese momento, la maniobra se encauza a parar la marca del mercado, desatada por él y sus contrincantes. Con frecuencia, como ocurre ahora, los reyes de la industria llegan tarde a esta tarea, cuando el stockage ha empezado ya a aplastarlos bajo su peso. Así empiezan las grandes crisis económicas mundiales. El ejército de desocupados y la superproducción son actualmente los dos males de fondo de la crisis. Pero los fabricantes siguen ganando…


166 págs. / 4 horas, 51 minutos.
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Publicado el 12 de abril de 2020 por Edu Robsy.


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