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Tratado, Ciencia, Biología.
205 págs. / 6 horas / 423 KB.
9 de marzo de 2019.
Tal vez será útil especificar algunos puntos, que aunque ni directa ni aparentemente se relacionan con la conformacion, atestiguan con evidencia esta correspondencia ó parentesco.
El hombre puede adquirir de los animales inferiores, ó comunicarles á su vez, enfermedades tales como la rabia, las viruelas, etc., hecho que prueba la gran similitud de sus tejidos, tanto en su composicion como en su estructura elemental, con mucha más evidencia que la comparacion hecha con el auxilio del microscopio, ó del más minucioso análisis químico. Los monos están sujetos á muchas de nuestras enfermedades no contagiosas; Kengger, que ha observado durante mucho tiempo el Cebus Azaræ en su pais natal, le ha visto padecer catarros, con sus ordinarios síntomas, que degeneraban en tisis cuando se repetian con demasiada frecuencia. Estos monos sufren tambien apoplejías, inflamaciones y cataratas. Los remedios producen en ellos los mismos efectos que en el hombre. Muchas especies de monos tienen una aficion decidida al té, al café y á las bebidas espirituosas; fuman tambien el tabaco con placer, como he tenido ocasion de observar yo mismo. Brehm asegura que los habitantes del África Norte-Oriental cazan mandriles, poniendo en los lugares por donde suelen pasar cacharros con una cerveza fuerte, que les embriaga. Ha observado algunos de estos animales cautivos, en estado de embriaguez, y dá un relato curioso de los extraños gestos y visajes que hacen. Al dia siguiente parecian sombríos y de mal humor, cogiéndose la cabeza entre las manos y presentando una expresion lastimera; se apartaban con disgusto cuando se les ofrecia cerveza ó vino, y sólo apetecian zumo de limon. Estos hechos poco importantes prueban cuán análogos son los nervios del gusto en el hombre y en los monos, y de qué modo tan parecido puede ser afectado el sistema nervioso de ambos.