Actualidad londinense, sociedad y vida de los Browning vista por los ojos de su perro: Flush.
No es sólo un cocker spaniel de altísima alcurnia que conserva el donaire cortés del Sr. Darcy (‘Orgullo y prejuicio’); asimismo es una esponja avellanada que captura selfis simpar de las emociones ajenas. Selfis, no obstante, que Flush nos narrará como un meticuloso biopic visto desde luego con el lente cinematográfico de su nariz, apetito y sed canina.
Sin salir en los créditos, apariciones fugaces, cameos, y por eso Snoopy’s no
sin pedigrí fichamos al guardameta del Infierno, Cancerbero. Las tres cabezas
de este enorme Scooby-Doo malcarado, invitan a hacer piojito. Y huir. En ‘La
Divina comedia’ se devoraría a Dante y a Virgilio, si éste no arroja fango a
sus trituradoras fauces. Pilot, el viejo y desconfiado perro en ‘Jane Eyre’, es
tan efusivo al saludar a la prima que casi echa a perder una bandeja. Lo
sosiega una caricia y oír en voz baja: « ¡quieto!». Puestos ya a pontificar con
autores ingleses no podía dejar pasar al ‘David Copperfield’ (Biblok) de
Dickens. Ahí vemos al pequeño perro de Dora Copperfield llamado Jip, gruñón
como su ama, desean ser el rey y la reina del hogar. De alguna manera serán
inseparables hasta el finis
terrae, pues realizan el sueño de todo animal
lovers: morir junto a su ¡guau! Vamos ahora pues, más felices que perro con
dos colas, a ver la genial biografía de ‘Flush’ de Virginia Woolf (Austral,
2016).
3 págs. / 6 minutos.
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Publicado el 18 de junio de 2019 por Manuel Cerón.
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