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Este texto, publicado en 1886, está etiquetado como Novela, Diario.
Novela, Diario.
274 págs. / 7 horas, 59 minutos / 416 KB.
1 de marzo de 2017.
Martes 25.—El muchacho que envió el sello al calabrés, es el que me gusta más de todos. Se llama Garrón, y es el mayor de la clase; tiene cerca de catorce años, la cabeza grande y los hombres anchos; es bueno, se le conoce hasta cuando ríe, y parece que piensa siempre como un hombre. Ahora conozco yo a muchos de mis compañeros. Otro me gusta también, se apellida Coreta, y usa un chaleco de punto, color de chocolate, y gorra de piel. Siempre está alegre. Es hijo de un empleado de ferrocarriles que ha sido soldado en la guerra de 1866, de la división del príncipe Humberto, y que dicen tiene tres cruces. El pequeño Nelle es un pobre jorobadito, gracioso, de rostro descolorido. Hay uno muy bien vestido, que se está siempre quitando las motas de la ropa, y de nombre Votino. En el banco delante del mío hay otro muchacho que llaman el albañilito, porque su padre es albañil; de cara redonda como una manzana y de nariz roma. Tiene particular habilidad para poner el hocico de liebre; todos le piden que lo haga y se ríen; lleva un sombrerillo viejo que se lo encasqueta como pañuelo. Al lado del albañilito está Garofi, un tipo alto y grueso, con la nariz de pico de loro y los ojos muy pequeños, que anda siempre vendiendo plumas, estampas y cajas de fósforos, y se escribe la lección en las uñas para leerla a hurtadillas. Hay después un señorito, Carlos Nobis, que parece algo orgulloso y se halla entre dos muchachos que me son simpáticos: el hijo de un forjador de hierro, metido en una chaqueta que le llega hasta las rodillas, pálido, con palidez de enfermo, que parece siempre asustado y que no se ríe nunca; y otro con los cabellos rojos, que tiene un brazo inmóvil y lo lleva pegado al cuerpo; su padre está en América y su madre vende hortalizas. Es también un tipo curioso mi vecino de la izquierda: Estardo, pequeño y tosco, sin cuello, gruñón; no habla con nadie, y creo que entiende poco; pero no quita el ojo del maestro, sin mover los párpados, con la frente arrugada y apretados los dientes; y si le preguntan cuando el maestro habla, la primera y la segunda vez no responde, y la tercera pega un cachete. Tiene a su lado a uno de fisonomía obscura y sucia, que se llama Franti y que fué expulsado ya de otra escuela. Hay también dos hermanos, con vestidos iguales, que parecen gemelos y que llevan sombreros calabreses, con plumas de faisán. Pero el mejor de todos, el que tiene más ingenio, el que también será este año el primero, de seguro, es Deroso; y el maestro, que ya lo ha comprendido así, le pregunta siempre. Yo, sin embargo, quiero más a Precusa, el hijo del herrero, el de la chaqueta larga, el que parece enfermo. Dicen que su padre le pega. Es muy tímido; cada vez que pregunta o toca a alguien, dice: “Dispénsame”; y mira constantemente con ojos tristes y bondadosos. Garrón, sin embargo, es el mayor y el mejor de todos.