No hay más información sobre el texto «Berenice».
No hay más información sobre el texto «Berenice».
Enviar a Pocketbook «Berenice»
Misael era de los que soñaban así. Y la pena de que Berenice no le diese el hijo esperado le fue alejando de ella y tuvo pasajeros encuentros con campesinas, al paso de las ciudades donde solía pasar. La frialdad creció cuando Misael pudo advertir que Berenice se inclinaba a las sectas que empezaban a surgir en Jerusalén, hombres de blancas túnicas y largos cabellos, que llevaban una vida pura y entendían (al revés de los Doctores de la Ley y Príncipes de los Sacerdotes) que el Mesías no sería un combatiente, sino un manso, varón de paz y humildad, y por el espíritu de mansedumbre redimiría a Sión.
Antiguas profecías lo tenían anunciado: Isaías, el de los labios purificados por el ascua de fuego, lo había dicho expresamente. No un león de Judá, sino un corderillo. No trataría de defenderse, pues descendía a ser sacrificado. El precio de su sacrificio era la redención, pero no sólo de Israel, sino de todo el mundo. Y ésta le parecía a Misael la herejía peor. El Mesías tenía que venir para Israel tan solo. ¿Cómo se entiende? ¡El Mesías era para los judíos, para el pueblo de Dios!
5 págs. / 8 minutos.
149 visitas.
Publicado el 3 de octubre de 2018 por Edu Robsy.
Este texto no ha recibido aún ninguna valoración.
Para valorar «Berenice» es necesario identificarse en textos.info.
608 libros publicados.