No hay más información sobre el texto «El Arco».
No hay más información sobre el texto «El Arco».
Estas páginas más brillantes suelen ser las más olvidadas. Yo he notado que casi nadie sabe su propia historia. Las naciones, lo mismo que los pueblos y pequeñas localidades, rara vez, en conjunto, pudieran responder a quien les preguntase acerca de lo que un día las formó o las sostuvo en pie. Y el Arco de Arcosa no desmentía esta regla. No existía en Arcosa nada menos conocido históricamente que su Arco.
En cambio, dentro del lenguaje familiar, se le debían algunos giros. Cuando algún arcense salía a la calle con ropas viejas y raídas —y era frecuentísimo el caso—, se decía, aludiendo a lo gastado y borroso de los ropajes de las figuras:
—Parece mismamente un monigote de los del Arco.
La frase era siempre reída, aunque su gracia estuviese ya más gastada que las túnicas de aquellos «monigotes».
Yo, poco a poco, había ido intensificando mi cariño al viejo monumento. Las ausencias obligadas, para cursar mi carrera de abogado, en ciudades universitarias, y mis estudios, tan modestos y distantes de las ciencias arqueológicas, me fueron, con todo, permitiendo estimar, en su valor y con conocimiento de causa, aquel resto de otras edades. No era ya la inexplicable veneración del niño, que no se da cuenta, ni hace falta que se la dé, de por qué venera: había algo más consciente, que me apegaba a las bellas piedras, las hacía algo mío. Llegó un instante en que fuerzas psíquicas todavía poderosas me apegaron al Arco. Fue justamente el año que acababa mi carrera; noté el estado de deterioro del monumento, por culpa del abandono de los ediles, sin duda.
4 págs. / 8 minutos.
47 visitas.
Publicado el 12 de febrero de 2021 por Edu Robsy.
Este texto no ha recibido aún ninguna valoración.
Para valorar «El Arco» es necesario identificarse en textos.info.
608 libros publicados.