No hay más información sobre el texto «La Santa de Karnar».
No hay más información sobre el texto «La Santa de Karnar».
Leer en línea «La Santa de Karnar»
Descargar PDF «La Santa de Karnar»
Descargar ePub «La Santa de Karnar»
Descargar Kindle «La Santa de Karnar»
Edición dislexia «La Santa de Karnar»
Enviar a Kindle «La Santa de Karnar»
Enviar a Pocketbook «La Santa de Karnar»
Regalar ebook «La Santa de Karnar»
Edición física «La Santa de Karnar»
Denunciar libro «La Santa de Karnar»
Por supuesto que no divisamos ni la sombra de un ladrón, ni el hocico de un lobo. En cambio, las pobres señoras pensaron cien veces apearse por el rabo o las orejas, según caían las cuestas arriba o abajo de la endiablada trocha. Y al verse, por último, en la cocina del viejo caserón, frente al humeante fuego de queiroas y rama de roble casi verde, oyendo hervir en la panza del pote el caldo de berzas con harina, les pareció que estaban en la gloria, en el cielo mismo.
Yo no les quiero decir a ustedes las privaciones que allí pasamos. La casa solariega de los Aldeiros, mis antepasados, encontrábase en tal estado de vetustez, que por las rendijas del techo entraban los pájaros y veíamos amanecer perfectamente. Vidrios, ni uno para señal. El piso cimbreaba, y los tablones bailaban la polca. El frío era tan crudo, que sólo podíamos vivir arrimadas a la piedra del lar, acurrucadas en los bancos de ennegrecido roble, y extendiendo las amoratadas manos hacia la llama viva. Ahora, que tengo años y que he visto tantas cosas en el mundo, comprendo que a aquel cuadro de la cocina montañesa no le faltaba su gracia, y que un pintor o poeta sabría sacar partido de él.
13 págs. / 23 minutos.
43 visitas.
Publicado el 10 de mayo de 2021 por Edu Robsy.
Este texto no ha recibido aún ninguna valoración.
Para valorar «La Santa de Karnar» es necesario identificarse en textos.info.
608 libros publicados.