No hay más información sobre el texto «Los Pendientes».
No hay más información sobre el texto «Los Pendientes».
Leer en línea «Los Pendientes»
Descargar PDF «Los Pendientes»
Descargar ePub «Los Pendientes»
Descargar Kindle «Los Pendientes»
Edición dislexia «Los Pendientes»
Enviar a Kindle «Los Pendientes»
Enviar a Pocketbook «Los Pendientes»
Regalar ebook «Los Pendientes»
Edición física «Los Pendientes»
Denunciar libro «Los Pendientes»
Y fue lo peor que Mara —la amarga, la cava impúdica, la sonriente— sólo a Floraldo dio en poner desabrido gesto. Ni ruegos ni dones la ablandaron, y con la espuela de la dificultad, Floraldo se exaltó, disparatado y loco, y llegó al extremo de poner a disposición de la bohemia, cual si arrojase un cequí sobre la alfombra que zarandeaban sus pies, fortuna, nombre, cuanto ofrecer puede un sediento de felicidades que la fantasía agiganta, a la mujer que se ha hecho dueña de sus potencias y sentidos.
Ni por ésas cedía Mara a las súplicas del galán. Un día en que Floraldo se presentó cargado con un cofre lleno de joyas de oro, perlas y diamantes, que representaban el valor de su patrimonio empeñado a un usurero (acaso el padre de Mara), la danzarina le miró despreciativamente.
—¿Crees que me deslumbran esas alhajas? ¡Estoy acostumbrada a dádivas! Mientras no me des una joya única, que yo te señale, no seré tuya, ¿entiendes?, jamás; así me presentases el mundo entero.
4 págs. / 7 minutos.
55 visitas.
Publicado el 10 de mayo de 2021 por Edu Robsy.
Este texto no ha recibido aún ninguna valoración.
Para valorar «Los Pendientes» es necesario identificarse en textos.info.
608 libros publicados.