Curiosa novela sobre un hombre de mediana edad que, tras una juventud tempestuosa, dedica su vida al estudio de la filosofía, la ciencia y el arte, pese a la tentación persistente en la que va recayendo. Sobre la base de un argumento erótico —su incipiente relación con una hermosa joven, casta pero no recatada— , el autor imprime su visión sobre la filosofía de su tiempo, el arte e incluso se atreve a hacer crónicas de viajes y lugares.
Un ejemplo de novela naturalista que enhebra detallados estudios psicológicos de sus personajes principales con los encuentros sexuales que sirven de hilo conductor de la historia. Sorprende la frescura de las descripciones de las actitudes sexuales, alejadas de los tópicos, circunlocuciones y eufemismos de la época, sin caer en la cursilería y evitando el puro relato pornográfico, lejos de las convenciones de su tiempo.
En vano intentaba explicarse estas contradicciones psicológicas.
¿Arraigaba en el fondo de su vida animal? No olvidaba que la simpatía y
la antipatía se manifiestan ya en el protoplasma por atracciones y
repulsiones que revelan una sensibilidad orgánica en esbozo, traducción
acaso de un instinto de conservación rudimentario.
La excitación neumogástrica que produce la náusea, ¿no es la
antipatía fisiológica? El hombre sano mira con desdén al enfermo, como
el activo desprecia al apático. El apetito sexual nace de diferentes
sensaciones obscuras que surgen de distintas partes del organismo. ¿Cómo
explicarse estas simpatías y estas aversiones repentinas? El
sentimiento tiene su lógica, á menudo en contradicción con la
inteligencia. Todo amor satisfecho—continuaba Sixto filosofando—, ¿no es
un hastío que empieza?
Cipri estaba, en verdad, seductora; vestía un traje blanco con una
gran rosa de púrpura en el seno. En su cuello descotado brillaba una
cadena de oro con un relicario de azabache y un collar de corales
lánguidamente rosáceos. Al destocarse mostró la selva de su pelo negro
con visos azules, ceñida por una ancha cinta carmesí. Tenía algo de
salvaje.
174 págs. / 5 horas, 5 minutos.
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Publicado el 9 de septiembre de 2021 por Edu Robsy.
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