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Este texto, publicado en 1838, está etiquetado como Novela.
Novela.
136 págs. / 3 horas, 59 minutos / 262 KB.
12 de febrero de 2019.
—Vamos, esto es hecho, los va a hechizar a todos… hasta un cochero Simon —repuso madame Landry—; pero paciencia… paciencia…
—¿Acabarás pronto? —gritó el intendente de la princesa de Soubise.
—Al instante, caballero. Llegado al Palais-Marchand, mi joven me dice: «Muchacho, dame tu numero; todo lo que deseo, es poder algún día reconocer tu buen proceder y pagarte como mereces; porque sin tu socorro no hubiera llegado a una audiencia muy importante para mi pleito; mas como tú eres tan bondadoso, hazme otro favor: yo había salido para ir en casa de mi sastre, a decirle que no faltase en traerme el vestido que me ha prometido para esta tarde. Este sastre vive en la calle de San Honorato con la muestra de Las Tijeras de Oro; si este no te aparta mucho de tu camino pasa por esta tienda, y dile al sastre que el señor marqués de Let… Less… Létorière, eso es, Létorière, espera esta tarde el vestido de que se ha tomado medida hace quince días». «Que sea o no mi camino», le respondí «iré de todos modos. Después, vos, caballero, me tomáis por horas» —repitió el cochero dirigiéndose hacia el intendente—; paso por la calle de San Honorato, lo que no os hacía mucho perjuicio, y cumplo con mi comisión para con este digno caballero de dedal y aguja —prosiguió el cochero dirigiéndose a Landry—. Sobre todo, no olvidéis el vestido de ese caballero; si queréis decirme a qué hora estará listo, yo vendré para tomároslo y llevárselo a su casa… gratis… ¡votó a sanes! Siempre gratis… porqué estoy seguro que debe ser una felicidad hacer favores a cualquiera que se parezca tanto a un ángel bueno… Ahora, caballero —añadió dirigiéndose al intendente de madame Rohan-Soubise, dispensad, cuando usted guste, marcharemos.