La última obra teatral estrenada en vida del poeta
A diferencia de los dramas rurales anteriores, como Bodas de sangre o Yerma, Lorca abre con esta obra un nuevo ciclo dramático. La obra se divide en tres actos, en los que se narra, haciendo resaltar el paso del tiempo, la promesa de matrimonio de una provinciana, doña Rosita, con su primo.
Una pareja de novios ha de separarse porque el novio va a emigrar a Argentina, pero antes de separarse se prometen amor eterno a pesar de la distancia que ha de separarles y el tiempo que deben estar sin verse. El tiempo pasa, pero Rosita sigue esperándole, ya que periódicamente va recibiendo las cartas de amor que éste le manda. Un día recibe una carta donde le propone en matrimonio, pero a través de unos poderes que él le mandará, sin estar él presente. Esa carta nunca llega pero el novio continúa escribiendo. En el último acto, muerto el tío de Rosita, ella le confiesa al ama de su casa que ya sabía que su primo se había casado con una argentina y vivía en Tucumán, que alguien se lo había dicho, sin embargo ella seguía esperando las cartas de amor que su primo le seguía enviando, con la misma ilusión que el primer día.