La presente publicación contiene dos relatos de Felisberto Hernández: «La casa inundada» y «El cocodrilo». El primero cuenta la historia de Margarita, una extraña mujer que construye una casa para inundarla. Y el segundo es la historia de un pianista vendedor de medias.
El particular estilo del autor uruguayo, a medio camino entre el realismo y la literatura fantástica, ha sido elogiado por autores como Cortázar, Onetti y Calvino, entre otros.
—Deténgase en la escalera y vaya a su cuarto. Creo que luego tendré muchas ganas de conversar con usted.
Entonces yo miré unos reflejos que había en el lago y sin ver las
plantas me di cuenta de que me eran favorables; y subí contento aquella
escalera casi blanca, de cemento armado, como un chiquilín que trepara
por las vértebras de un animal prehistórico.
Me puse a arreglar seriamente mis libros entre el olor a madera nueva del ropero y sonó el teléfono:
—Por favor, baje un rato más; daremos unas vueltas en silencio y
cuando yo le haga una seña usted se detendrá al pie de la escalera,
volverá a su habitación y yo no lo molestaré más hasta que pasen dos
días.
Todo ocurrió como ella lo había previsto, aunque en un instante en
que rodeamos la isla de cerca y ella miró las plantas parecía que iba a
hablar.
Entonces, empezaron a repetirse unos días imprecisos de espera y de
pereza, de aburrimiento a la luz de la luna y de variedad de sospechas
con el marido de ella bajo las plantas. Yo sabía que tenía gran
dificultad en comprender a los demás y trataba de pensar en la señora
Margarita un poco como Alcides y otro poco como María; pero también
sabía que iba a tener pereza de seguir desconfiando. Entonces me
entregué a la manera de mi egoísmo; cuando estaba con ella esperaba, con
buena voluntad y hasta con pereza cariñosa, que ella me dijera lo que
se le antojara y entrara cómodamente en mi comprensión. O si no, podría
ocurrir, que mientras yo vivía cerca de ella, con un descuido encantado,
esa comprensión se formara despacio, en mí, y rodeara toda su persona. Y
cuando estuviera en mi pieza, entregado a mis lecturas, miraría también
la llanura, sin acordarme de la señora Margarita. Y desde allí, sin
ninguna malicia, robaría para mí la visión del lugar y me la llevaría
conmigo al terminar el verano.
45 págs. / 1 hora, 19 minutos.
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Publicado el 18 de febrero de 2025 por Edu Robsy.
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