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— ¡Ah! ¿Entonces es, efectivamente, cierto que todo está hipotecado? Lo había oído decir, pero no estaba muy seguro.
— ¡Es bien cierto!
—Entonces, ¡adiós, señorita Blanche! —insinué—. En ese caso no será generala. ¿Y sabe usted una cosa?
Creo que el general está enamorado, y que se saltará la tapa de los sesos si ella no le acepta por marido. A su edad es muy peligrosa una pasión de este calibre. Sí, créame; es sumamente peligrosa.
—También yo creo que le ocurrirá alguna desgracia irreparable—observó Paulina Alexandrovna, pensativa.
— ¡Perfectamente! —exclamé—. Imposible es demostrar de un modo más claro que ella no consiente en casarse más que por dinero. No se han guardado siquiera las apariencias, se ha hecho todo sin pudor.¡Magnífico! Por lo que respecta a la abuela, nada tan grotesco ni tan vil como enviar telegrama tras telegrama y preguntar: "¿Se ha muerto? ¿Se ha muerto ya?" ¿Qué le parece a usted, Paulina Alexandrovna?...
156 págs. / 4 horas, 33 minutos.
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Publicado el 16 de mayo de 2016 por Edu Robsy.
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