El Marido Pantasma

Francisco de Quevedo y Villegas


Teatro, Entremés, Comedia



Figuras que se introducen

MUÑOZ
DOÑA OROMASIA
MENDOZA
TRES MUERES
LOBÓN
LOS MÚSICOS

El Marido Pantasma

Salen MUÑOZ y MENDOZA; MUÑOZ de novio galán.

MENDOZA
Sea el señor Muñoz muy bien venido.

MUÑOZ
Sea el señor Mendoza bien hallado.

MENDOZA
¿Qué intento le ha traído
con tan bien guarnecido frontispicio?

MUÑOZ
Vengo a ponerme a oficio;
vengo, señor Mendoza,
a ponerme a marido en una moza.

MENDOZA
Señor Muñoz, poniéndolo por obra,
el mu le basta y todo el ñoz le sobra.
Tiene lindas facciones de casado.

MUÑOZ
La mujer de quien he de ser velado,
para quitar de todo enconvenientes,
no ha de tener linaje ni parientes;
quiero mujer sin madre y sin tías,
sin amigas ni espías,
sin viejas, sin vecinas,
sin visitas, sin coches y sin Prado,
y sin lugarteniente de casado;
que hay doncella que vende de su esposo,
a raíz de las propias bendiciones,
a pares las futuras sucesiones.

MENDOZA
Mujer sin madre, ¿dónde podrá hallarse?

MUÑOZ
Ella es invención nueva.

MENDOZA
Vusted perdió linda ocasión en Eva;
mas ya que no tenía
madre, suegra ni tía,
tuvo culebra.

MUÑOZ
Tenga norabuena
cuantas cosas enebras:
no tenga madre, y llueva Dios culebras;
que una mama de estrado,
es chupa y sorbe y mazca de un casado.
A sí propia se arrastra la culebra,
mas la madre, mirad si es diferente,
arrastra al que la tiene yernalmente.
Ítem más, la culebra se hace roscas,
mas de cualquiera moscatel que asome,
la madre se las pide y se las come,
ítem más, la culebra da manzana;
la madre pide toda fruta humana.
Ítem más, que da silbos la culebra,
y la madre, me corro de decillo,
hace silbar al triste yernecillo.
Muda el pellejo propio la culebra,
y la madraza, llena de veneno,
si arrugó el propio, desolló el ajeno.
Ítem más, la culebra sabe mucho;
y las madres y viejas que celebras
dicen que saben más que las culebras.
¿No ha de haber una güérfana en el mundo?
¿Para mí se acabaron las expósitas?
La mujer del Gran Turco tenga madre,
y la expósita mía
tenga culebra y sierpes, y no tía;
no me tenga parientas ni allegadas,
amigas ni criadas,
y tenga tina y sarna y sabañones,
y corcovas y peste y tabardillo,
que estos son males que se tiene ella,
y el parentesco es peste en cuarto grado,
que lo padece el mísero casado.

MENDOZA
Con el discurso mi tristeza alegras.
¡Que conjuren langostas y no suegras!
Como hay Flagelum demonum, quisiera
que un flagelum suegrorum se imprimiera,
y como hay abrenuncio, ¿no habría
abremadre, abrevieja y abre tía?

MUÑOZ
Eso no puede ser, Mendoza amigo
la cabeza te quiebras:
no quiero madre, y llueva Dios culebras.

MENDOZA
Aquí hay una mujer, que no se sabe
quién es, ni se conoce
padre, ni madre, ni pariente suyo,
que no trata con nadie, y tiene hacienda,
y no hay en este pueblo quien la entienda,
y todo lo trabuca.

MUÑOZ
Eso me ha dado en medio de la nuca.

MENDOZA
Pues no hay sino al momento
efetuar, Muñoz, el casamiento.

MUÑOZ
No me puedo casar súpitamente,
porque yo y otro amigo,
que nos vamos casando por el mundo,
nos dimos la palabra que primero
se había de casar él, y al momento
me avisaría de todo
lo que padece y pasa
el hombre que se casa;
y así será forzoso
el cumplir mi palabra y aguardallo.

MENDOZA
Yo por mi cuenta hallo,
según está vusted endurecido,
que ha de madurar tarde de marido.
Mujer que tuvo madre y habrá un año
que murió, ¿será buena?

MUÑOZ
Un año es poco.

MENDOZA
Pues no hallaremos cosa que le cuadre. Vase.

MUÑOZ
Diez años dura el tufo de una madre.
Señor, tú que libraste
a Susana inocente de los viejos,
pues escuchas mis quejas,
líbrame de las madres, suegras, tías,
que es chilindrón legítimo de viejas,
y como defendiste
del lago de leones al profeta,
en las miserias mías
defiéndeme del lago de las tías.

Échase a dormir.
Sueño me ha dado, ¡válganme los cielos!
No puedo resistirme:
fuerza será dormirme;
que al entremés ninguna ley le quita
lo de «sueño me ha dado» y visioncita.

Dentro a voces LOBÓN.

LOBÓN
Muñoz, Muñoz, Muñoz, contigo hablo,
cachimarido, como cachidiablo.

MUÑOZ
¿Quién eres, que me llamas
con voz triste y temblando?
O estás en pena o te estás casando;
a pantasma le suenas al oído.

LOBÓN
Poco es pantasma: soy hombre marido.
¿A Lobón no conoces?

MUÑOZ
Suegras tienes las voces,
luego ¿ya te casaste?

LOBÓN
Cáseme (¡ay Dios, ay dote,
ay ay casamentero!)
con mujer tan ardiente y abrasada,
que en medio del invierno está templada.
Engañóme la entrada del invierno.

MUÑOZ
Encalabrinas con hedor de yerno.

LOBÓN
Mírame arder agora,
aquí entre mi señor y mi señora.

Aparécese a su lado suegro y suegra, y casamentero y una dueña.
Este que está a mi oreja
es el casamentero,
que por ciarme mujer, pide dinero.
Ella, que nunca calla,
dice: «No merecisteis descalzalla».
Él dice cada instante:
«Pude casar mi hija
con un hombre que ha estado
para un juego de cañas convidado,
y en el tiempo de calzas atacadas
entró en encamisadas».
Atravesada tengo en las entrañas
esta dueña que miras:
las barandillas son flechas y viras,
y por tormento sumo,
me dan dueña a narices como humo.

MUÑOZ
Muera rabiando el ánima bellaca,
que vio una vieja y no tomo triaca.

LOBÓN
Este es el dote al diablo
dado en espectativas,
y me piden, Muñoz, las naguas vivas;
y de día y de noche,
oye como me están pidiendo coche.
Dentro. Coche, marido.

OTRA
Yerno, coche, coche.

LOBÓN
Y para que conozcas
lo que padece quien se casa al uso:
mujer, suegra, criadas,
¿cuál queréis más?, ¿perdices y conejos,
galas, joyas, dineros,
y que duren diez años fiesta y bodas?

TODAS
Dentro. A coche y agua ayunaremos todas.

LOBÓN
Muñoz, en los maridos deste talle,
el gasto principal es coche y calle.
Si hallares cuenta de perdón de yernos,
pues has sido mi amigo…

MUÑOZ
De oírte me enternezco.

LOBÓN
Sácame de la suegra que padezco.

MUÑOZ
Haré lo que me ordenas.

LOBÓN
Sacar de suegras es sacar de penas.

Desaparécese LOBÓN, y levántase MUÑOZ.

MUÑOZ
Tras el sueño y la visión
se sigue el «¡Ah de mi guarda!»
¿Dónde vas, sombra enemiga?
¿Adonde, amigo pantasma?
A casamiento, a suegro, a suegra, a rabia,
tenedla, cielos, que me yerna el alma.

Entra una mujer tapada, que se llama DOÑA OROMASIA.

OROMASIA
¿Es vuesasced Muñoz?

MUÑOZ
¿Quién lo pregunta?

OROMASIA
Yo soy doña Oromasia de Brimbronques.

MUÑOZ
Merece el apellido una alabarda.
Brimbronques suena a cosa de la guarda.

OROMASIA
No es eso a lo que vengo.
Yo me quiero casar sin resistencia,
y tengo hambre canina de marido
y me casara luego
con una sarta dellos, si los hallo.
Yo soy una mujer mocha de tías,
yo soy muy atusada de linaje,
yo soy calva de amigas y parientas,
no tengo madre, ni conozco padre,
ni en mi vida he tenido mal de madre,
y sé que el buen Muñoz me va buscando,
y en mí tiene la esposa que desea.
Soy echada en la piedra, ¿qué más quiere?,
y no soy melindrosa
como algunas mirladas:
dos ratones traeré por arracadas;
no grito, ni porfío;
siempre trato de entierros,
tengo arañas de estrado como perros,
y soy tan recogida,
que no ando por la villa, y antes quiero
que ande por mí la villa al retortero.

MUÑOZ
¡Extrañas propiedades me repites!

OROMASIA
En mi vida pedí para confites;
más quiero oro potable que una polla.

MUÑOZ
Y es mejor dar a censo que a la olla.
¿Eres doncella o eres ya viuda?

Saca DOÑA OROMASIA muchos memoriales.

OROMASIA
Todo lo soy y en todo tengo duda.

MUÑOZ
¿Son recetas o letras de marido?

OROMASIA
Son maridos en letra que he tenido,
cédulas son de casamiento todas;
a las comedias puedo prestar bodas;
diez y siete maridos he amagado,
pero ningún marido he madurado.
Cansada de casada y de viuda,
por ser lo que mejor hoy traga el mundo,
me he vuelto a ser doncella pro secundo;
y para la segunda vez casada,
aún me queda doncella reservada;
soy y seré doncella, sin ser rubia.

MUÑOZ
¡Vive Dios, que serás doncella lluvia!
Doña Oromasia, tú llegaste tarde,
que estoy desengañado de mollera,
y he visto la visión descasadera.
Soy cofadre del gusto y del contento;
no soy capaz de tanto sacramento;
yo me casara de prestado un poco,
si, como hay redentores de cautivos,
fundaran los que están escarmentados
orden de redimir malos casados.
Cásese el rico, el virtuoso, el bueno,
que yo no quiero entrar en matrimonio,
que si bien lo construye quien lo alaba,
empieza en «matri» y en el «monio» acaba.

Dentro LOBÓN.

LOBÓN
Deten el paso, soltero.

Aparécese lleno de luto.
Aguarda, amigo Muñoz,
verás en negro descanso
a tu querido Lobón,
el dulcísimo capuz,
el bendito sombrerón,
la bienvenida bayeta,
el bien fingido dolor.
En siendo un hombre viudo,
¡a los más los oiga Dios!,
tiene el clamor armonía,
y el responso linda voz.
Unas pocas de tercianas,
con ayuda de un dotor,
me quitaron a navaja
la esposa persecución.
Cásate, Muñoz amigo,
cásate luego de choz,
que todo puede pasarse
por ver ir en procesión,
kiriada de los niños,
la mujer que nos cansó.

MUÑOZ
Tomar quiero tu consejo.

OROMASIA
Pues tomémosle los dos,
que más tocas que capuces
salen a tomar el sol.

MUÑOZ
Aun no durará esta esposa
un año, según yo soy.

OROMASIA
Para un mes tiene marido
en este, mi condición.

LOBÓN
A mi salida y entrada
mis músicos hagan son,
que pésame y castañeta
solo las sé templar yo.

Sale MENDOZA con otras mujeres, y cantan y bailan.

MÚSICOS
Señoras, alto a casar,
alto a casar, caballeros.

OROMASIA
Tercianas hay para todos.

MUÑOZ
Para todas hay entierros;
capuz tengo prevenido.

OROMASIA
Guardadas las tocas tengo
Y heredera pienso ser.

MUÑOZ
Sin duda seré heredero.

MÚSICOS
Del gusto del enviudar,
¿quién es, Lobón, el testigo?

LOBÓN
Yo que lo sé, que lo vi, que lo digo;
yo que lo vi, que lo digo y lo sé.

MÚSICOS
Al fin, ¿el desmujerar,
aseguras que es quitar
al apetito el castigo?

LOBÓN
Sí que lo sé, que lo vi, que lo digo;
sí que lo vi, que lo digo y lo sé.

MÚSICOS
¿Quién sabe que es mejor vellas
con los responsos a ellas
que con enaguas en pie?

LOBÓN
Yo que lo sé, que lo vi, que lo digo;
yo que lo vi, que lo digo y lo sé.

MÚSICOS
¿Quién dice que me alegraba
cuando me despabilaba
el tono del parce mi?

LOBÓN
Yo que lo vi, que lo sé, que lo digo;
yo que lo vi, que lo digo, lo sé.

MÚSICOS
¿Quién tan venturoso fue
que despachó a tu enemigo?

LOBÓN
Yo que lo sé, que lo vi, que lo digo
yo que lo vi, que lo digo, lo sé.


Publicado el 18 de junio de 2018 por Edu Robsy.
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