El Dr. Ramon Gallegos afirma que estamos en una era planetaria en la que se debe avanzar hacia una época “que valore la sabiduría, el conocimiento integral con discernimiento ético, el bienestar moral, la compasión universal y la genuina espiritualidad” (2008, pág. 17).
“La visión holista no rechaza la racionalidad sino que la trasciende”
R. Gallegos
Es así, dónde integré mi visión holista, en donde se acepta la racionalidad y además la trasciende. Muy acertado para este ejemplo, el Dr. Ramon Gallegos dice:
Lo importante para una percepción holista de la totalidad es retomar la esencia de la espiritualidad y tomar la esencia de la ciencia para construir tanto una nueva conciencia como un nuevo mundo… porque los problemas que van a venir sólo van a poder ser resueltos por un individuo pleno, por un ser humano con conciencia de unidad que pueda vivir compasivamente (2008, pág. 21)
De modo que el poder articular congruentemente esa esencia espiritual con la esencia de la ciencia, es una gran oportunidad para el verdadero desarrollo humano en donde debe regir la integración y no la fragmentación, de tal manera que al articular lo disociado, descubramos que la integración genera más sentido de vida.
Busca el desarrollo humano transpersonal, en donde la prioridad de hoy en día ya no es el desarrollo material y tecnológico, se debe retomar la verdadera prioridad que es el desarrollo de la conciencia humana, el desarrollo humano y de la espiritualidad, la cual ha sido abandonada durante siglos. Urge un cambio de rumbo de la humanidad, ya que las metas de las sociedades han sido objetivos desarrollo externo para poder controlar el mundo y todo lo que esté a nuestro alcance, sin embargo esto no ha funcionado por lo que se necesita una educación con sensibilidad humana, en tal sentido el Dr. Ramon Gallegos afirma: “Necesitamos construir una sociedad sustentable, necesitamos establecer relaciones correctas con el planeta… con la tecnología” (2008, pág. 102).
La prioridad es educar integralmente al ser humano, no basado en un aprendizaje didáctico y metódico, sino principalmente centrarse en un proceso de evolución de la conciencia, con el objetivo de revitalizar el mundo de la vida para alcanzar la realización trascendental y espiritual del Ser. No se puede caer en un reduccionismo cientificista o religioso, sino que se debe llegar a verdades universales e integrales (perennes). Además se busca alcanzar el bienestar, la integridad moral, superar el sufrimiento y llegar a la realización espiritual que es la verdadera esencia humana, todo lo cual nos dará una plena realización y una vida digna y feliz.
En la educación holista la prioridad es el ser humano como ser espiritual, es una esencia que trasciende los ámbitos culturales, sociales, morales, etc.
La espiritualidad es la que mantiene unidos a los seres humanos, implica valores universales que nos permiten coexistir y entendernos mutuamente. Una sociedad sin espiritualidad, termina por enfermarse. El Dr. Ramon Gallegos afirma que: “Cuando no nos educamos en la espiritualidad y la felicidad, entonces nos enfermamos, nos sentimos vacíos, nos hacemos hedonistas, vulgares, nihilistas, cínicos, corruptos, pasamos a ser un problema no sólo para nuestras familias sino también para la sociedad en su conjunto” (2012, pág. 32). Por lo tanto la educación debe ser fundada sobre valores espirituales, la atención plena y la sabiduría, y la espiritualidad debe ser fomentada como una experiencia de amor universal y felicidad sin objeto. La espiritualidad nos ayudará a ser más universales e interesarnos en el bienestar de todos los seres. Además en ella encontramos las respuestas a las preguntas fundamentales de la vida, el conocimiento de uno mismo y la sabiduría interior. Con la espiritualidad es el significado a priori en donde encontramos las respuestas a los dilemas graves de la existencia y nos enseña que somos una unión fundamental con todos los seres. La espiritualidad aviva la llama, en donde el estudiante encuentra en su interior, la inspiración para la inteligencia, el amor y la sabiduría, así la práctica educativa se vuelve una práctica espiritual.
La educación holista tiene una visión centrada en la inteligencia espiritual, y el amor es la esencia de la inteligencia espiritual de tal manera que permite que los actos sean de amor, honestidad, respeto, cuidado y veneración. Además se funda en la compasión que es el amor ilimitado e incondicional por el bienestar de todos los seres.
La inteligencia espiritual es exclusivamente humana y nos permite ver lo sagrado en todo por lo que permite superar el sufrimiento y alcanzar la felicidad verdadera. También es la respuesta más efectiva al problema del hedonismo y el nihilismo. El Dr. Ramon Gallegos describe la inteligencia como la capacidad de actuar éticamente, compasivamente, con buena voluntad hacia los demás, es la capacidad de ser honesto, responsable y generoso (2012, pág. 54).
Retomando otro ejemplo laboral, en una ocasión comentaba a mis alumnos de Ética y valores que en una feria me había tocado ver a unas personas que se habían recargado junto a un bote de basura para comer, pero que paradójicamente, al terminar se pararon y dejaron la basura afuera recargada en el bote en lugar de depositarla donde se debe. Este es un ejemplo de lo que puede ser que falte la inteligencia espiritual, en donde la persona no actúa éticamente a favor del bien común, hay falta de responsabilidad, de compasión. Pero lo más interesante es que al terminar de dar el ejemplo, una alumna me dijo que ella no veía que la acción fuera incorrecta, que finalmente la basura era basura y de cualquier forma contaminaba, su postura era una especie de fatalismo irremediable, y además defendió su argumento con determinación, al parecer, su razonamiento no alcanzaba la lógica de la inteligencia espiritual, sino hasta que se le hizo ver que hay conductas que se tienen que realizar por el bien de todos, como por ejemplo que no es posible hacer las necesidades de evacuación en cualquier lado, sino que nos hemos organizado para respetar un proceso de limpieza que nos permita tener una vida saludable y agradable.
De tal forma la inteligencia espiritual es la solución tanto para el hedonismo como para el nihilismo, ante el primero, porque nos aleja de ese mundo de placer sin sentido e irresponsable, y del segundo porque nos protege de la relatividad moral, de la falta de certezas y de valores universales. La inteligencia espiritual se escapa de algunas personas porque éstas están acostumbradas a sólo usar el ojo de la carne (empírico) y el ojo de la mente (ideas y conceptos), pero no usan el ojo del espíritu.
Así es como la educación holista, se propone no sólo incrementar la capacidad cognitiva, sino la capacidad de amar, de tener gratitud y de crear compasión universal.
La inteligencia espiritual es la capacidad de estar en armonía con el propio Ser, y sólo esta inteligencia es la que conduce a la verdadera felicidad. La falsa felicidad nos conduce al hedonismo o placer de los sentidos y al apego; hechos que en realidad producen un mayor sufrimiento.
En el sufrimiento hay un gran acercamiento al ámbito del significado, al del espíritu. Las causas del sufrimiento son de orden interno como una pérdida, separación, desilusión, frustración, fracaso, entre otras cosas. En todas estas situaciones, lo que afecta es el significado y específicamente las implicaciones que esto tiene para la vida futura, así como las causas pasadas que motivaban determinada situación. Esto configura dos situaciones muy comunes en el hombre postmoderno, si vive centrado en el pasado, estará deprimido, y si se enfoca en el futuro vive muy ansioso. La temporalidad del hombre se colapsa de tal forma que le resulta imposible vivir, ya que quien altera su línea de tiempo vital termina por no poder vivir.
La respuesta que humanamente tenemos para enfrentar esto es la atención plena y la inteligencia espiritual, que son el verdadero camino a la felicidad y el amor universal, el Dr. Ramon Gallegos lo describe como un camino de desapego, simplicidad y ecuanimidad (2012, pág.81). Además debemos reconocer que ya somos felices y que lo único por hacer es eliminar la programación y el condicionamiento que nos impiden vivirla a plenitud.
Así lo que queda por comprender es que la felicidad no es una experiencia social, cultural o intelectual, sino más bien, es una experiencia espiritual en la que se reconocen y viven conscientemente el amor, la gratitud, la bondad, en donde el corazón irradia la fuerza de la bondad ante toda la experiencia humana, también es, reconocer que estamos en conexión con lo divino y que nunca nos hemos separado de ello. Felicidad es reconocimiento de lo sagrado en cada instante de amor. Es Ser, no tener, en donde queda la esencia pura y perenne, que trasciende toda condición de ignorancia, apego y sufrimiento, para estar más allá de una espacialidad y temporalidad creadas por el egoísmo humano. El Dr. Ramon Gallegos acertadamente afirma:
Cuando vivimos la vida en la perspectiva de Ser nos abrimos a las relaciones humanas significativas, nos abrimos al amor universal, a un interés genuino en el bienestar de todos los seres, el surgimiento de este interés universal es fundamental para una vida feliz, no podemos ser verdaderamente felices encerrados en nuestros intereses egocéntricos… sólo en un abrazo universal está nuestra verdadera felicidad (2012, pág. 89-90).
Y no se debe olvidar que aunque el hombre se puede degradar, deshumanizar, la potencia espiritual es parte de su esencia elemental, y que siempre está en espera de ser reconocida para que se convierta en acto. Por eso es importante desarrollar la inteligencia espiritual a través de la educación, ya que no somos seres para el automatismo y materialismo, sino que somos seres espirituales que busca un significado y sentido para su vida, buscamos trascender.
El hombre en tanto que se conforma con esta condición busca el conocimiento, la acumulación, pero, en tanto nos reconocemos como trascendentes, nos humanizamos a través de la sabiduría, que es ese saber que surge del crecimiento y del entendimiento real de la existencia, es ver por medio del ojo de la contemplación, con lo cual se llega a conocer la verdadera felicidad.
Sólo en la educación holista se pueden establecer relaciones completas entre dos sujetos, y no entre sujeto-objeto como se ha venido haciendo hasta ahora. Las relaciones humanas, son interacciones entre almas, entre Seres que finalmente son Uno.
Referencias.-
Gallegos, Ramon., (2003). El espíritu de la educación. México: Fundación internacional para la educación holista.
Gallegos, Ramon., (2008, 2da. Ed.). Educación para la vida y la paz. México: Fundación internacional para la educación holista.
Gallegos, Ramon., (2008). La educación que la humanidad necesita. México: Fundación internacional para la educación holista.
Gallegos, Ramon, (2010). El néctar de la felicidad. México: Fundación internacional para la educación holista.
Gallegos, Ramon (2012). La felicidad como realidad educativa. México: Fundación internacional para la educación holista.
Educación Holista e Inteligencia Espiritual
Ana Luz López
Fundación Ramón Gallegos
Posgrados en Educación Holista e Inteligencia Espiritual
2018. Guadalajara, México