El Molino del Floss

George Eliot


Novela


Libro primero. El niño y la niña
Capítulo I. Los alrededores del molino de Dorlcote
Capítulo II. El señor Tulliver del molino de Dorlcote manifiesta su decisión con respecto a Tom
Capítulo III. El señor Riley aconseja sobre un colegio para Tom
Capítulo IV. Se espera la llegada de Tom
Capítulo V. Tom llega a casa
Capítulo VI. Se aguarda la visita de las tías y los tíos
Capítulo VII. Aparecen los tíos y las tías
Capítulo VIII. El señor Tulliver muestra su lado mas débil
Capítulo IX. De camino a Garurm Firs
Capítulo X. Maggie se comporta peor de lo que esperaba
Capítulo XI. Maggie intenta huir de su sombra
Capítulo XII. En casa del señor y la señora Glegg
Capítulo XIII. El señor Tulliver sigue enmarañando la madeja de la vida
Libro segundo. Tiempo de estudio
Capítulo I. El primer semestre de Tom
Capítulo II. Las vacaciones de Navidad
Capítulo III. El nuevo compañero de estudios
Capítulo IV
Capítulo V. La segunda visita de Maggie
Capítulo VI. Una escena de amor
Capítulo VII. Se cierran las puertas doradas del paraíso
Libro tercero. La ruina
Capítulo I. Lo que había sucedido en casa
Capítulo II
Capítulo III. El consejo de familia
Capítulo IV. Un rayo de luz se desvanece
Capítulo V. Tom da el primer paso
Capítulo VI. Encaminado a refutar los prejuicios populares sobre el obsequio de una navaja
Capítulo VII. De cómo una gallina se aficiona a las estratagemas
Capítulo VIII. Cae la luz sobre las ruinas
Capítulo IX. Un nuevo dato en el registro familiar
Libro cuarto. El valle de la humillación
Capítulo I. Una variedad del protestantismo que Bossuet desconocía
Capítulo II. Las espinas atraviesan el nido desgarrado
Capítulo III. Una voz del pasado
Libro quinto. El trigo y la cizaña
Capítulo I. En las Fosas Rojas
Capítulo II. La tía Glegg se entera del tamaño del pulgar de Bob
Capítulo III. La balanza inestable
Capítulo IV. Otra escena de amor
Capítulo V. El árbol hendido
Capítulo VI. Un triunfo costoso
Capítulo VII. Juicio final
Libro sexto. La gran tentación
Capítulo I. El dúo en el paraíso
Capítulo II. Primeras impresiones
Capítulo III. Confidencias
Capítulo IV. Hermano y hermana
Capítulo V. En él se muestra que Tom consigue lo que se propone
Capítulo VI. En el que se ilustran las leyes de la atracción
Capítulo VII. Philip aparece de nuevo en escena
Capítulo VIII. Wakem bajo una nueva luz
Capítulo IX. La caridad se viste de gala
Capítulo X. Parece romperse el hechizo
Capítulo XI. En el camino
Capítulo XII. Una reunión familiar
Capítulo XIII. Arrastrados por la marea
Capítulo XIV. El despertar
Libro séptimo. El rescate final
Capítulo I. El regreso al molino
Capítulo II. Saint Ogg’s juzga
Capítulo III. En donde se demuestra que las viejas amistades pueden sorprendernos
Capítulo IV. Maggie y Lucy
Capítulo V. El último conflicto
Conclusión

Libro primero. El niño y la niña

Capítulo I. Los alrededores del molino de Dorlcote

El Floss se ensancha en una amplia llanura y entre riberas verdes se apresura hacia el mar, donde la amorosa marea corre a su encuentro y lo frena con un impetuoso abrazo. Esta poderosa corriente arrastra los barcos negros —cargados de aromáticas tablas de abeto, redondos sacos de semillas oleaginosas o del oscuro brillo del carbón— hacia la población de Saint Ogg's, que muestra sus viejos tejados rojos y acanalados y los amplios frontones de sus muelles, extendidos entre la baja colina boscosa y la orilla del río, y tiñe el agua con un suave matiz púrpura bajo los efímeros rayos del sol de febrero. A lo lejos, en ambas riberas se despliegan ricos pastos y franjas de tierra oscura, preparadas para la siembra de plantas latifoliadas o teñidas ya con las briznas del trigo sembrado en otoño. Del año anterior, quedan algunos vestigios de los dorados panales, amontonados aquí y allá tras los setos tachonados de árboles: los lejanos barcos parecen alzar los mástiles y tender las velas de color pardo hasta las ramas frondosas de los fresnos junto al pueblo de rojos tejados afluye en el Floss la viva corriente del Ripple. ¡Qué precioso es este riachuelo, con sus ondas oscuras y cambiantes! Mientras paseo por la orilla y escucho su voz queda y plácida, me parece un compañero vivo, como si fuera la voz de una persona sorda y querida. Recuerdo los grandes sauces sumergidos en el agua… y el puente de piedra…

Y ahí está el molino de Dorlcote. Debo detenerme un par de minutos en el puente para contemplarlo, aunque las nubes amenazan lluvia y cae la tarde. Incluso en esta estación desnuda de finales de febrero, ofrece un aspecto agradable: tal vez la estación fría y húmeda añada encanto a esta casa cuidada y cómoda, tan vieja como los olmos y castaños que la protegen de los vientos del norte. Ahora el río

Fin del extracto del texto

Publicado el 10 de noviembre de 2017 por Edu Robsy.
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