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Edición física «La Maldición del Sapo»
—Por eso lo odiaba — lo odiaba.
Quería destruirlo y hacerlo desdichado, y durante toda la noche estuvo celebrando consultas con los espíritus de los sapos muertos.
Desde el amanecer estaba sentado en la piedra y esperaba y daba a veces golpecitos con la pata trasera — golpecitos con la pata trasera.
De vez en cuando escupía sobre las gramíneas de kusha.
Todo estaba silencioso: las flores, los escarabajos y las gramíneas. Y el vasto, vasto cielo. Pues era un día de fiesta.
Sólo las ranas en la charca —las impías— cantaban canciones sacrílegas:
Me cisco en la flor de loto,
Me cisco en mi vida.
Me cisco en mi vida,
Me cisco en mi vida…
En eso algo brilló en la corteza de la higuera y corrió, reluciente, tronco abajo, como una sarta de perlas negras. Se volvió coquetamente, levantó la cabeza y jugueteó danzando en la luz fulgurante del sol.
El milpiés — el milpiés.
2 págs. / 4 minutos.
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Publicado el 14 de febrero de 2017 por Edu Robsy.
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