Falsos Héroes

Javier de Viana


Cuento


Junto al guarda patio estaba la carrada de leña, recién traída.

—Mucha rama y poco tronco,—consideró don Brígido.—Y madera floja, cuasi toda...

El viejo Díaz, afectado por el reproche, intentó justificarse:

—El arroyo está ancho y se han puesto muy fieras las picadas pa dentrar a las coronillas...

—¡Ya sé, ya sé!—confirmó benévolamente el patrón.

En los dos primeros meses de aquel otoño no había caído una gota de agua. Los campos hallábanse resecos, los cañodones agotados, y mal podía estar «ancho» el arroyo. La verdad era que los brazos del viejo Díaz, con más de sesenta años de uso constante, no tenían ya fuerzas para hachar troncos de coronilla y de quebracho, los hierros de la selva.

Bien lo sabía don Brígido, y muy lejos de su ánimo estaba el ofender a su fidelísimo servidor, amigo invariable desde el amanecer hasta el crepúsculo; lo mismo en los tiempos de auge de la Estancia Rosada, cuando había varias leguas de campo y muchos miles de vacunos, que en su bochornosa reducción a una poco más que chacra...

Juntos y estrechamente ligados se mantuvieron en la prosperidad ascendente, y más amigos y más unidos desde el día en que brusca adversidad derrumbó el edificio en cuya construcción emplearon tantos años y tantos esfuerzos y tantos cariños...

—Maliseo que d'esta noche no pasa sin llover: vi'a picar un poco'e leña,—dijo don Brígido; y cogiendo el hacha se dispuso a la tarea.

—Déjame a mí,—propuso Díaz; mas el patrón lo rechazó ordenando:

—Vos estás cansao... Andá ver si Panchita precisa algo.

El viento aumentaba én violencia y el frío hacíase intenso, al propio tiempo que se nublaba el cielo en pronóstico de borrasca.

A golpes lentos, don Brígido hachaba la leña y, fatigado, iba ya a dar por terminada la tarea, cuando vió que se acercaba a las casas un viajero a quien creyó reconocer de inmediato.

No erró. Llegando hasta la pila de leña, y sin desmontar de su pingo lujosamente aperado, un gaucho joven, lindo y airoso dijo con mayor arrogancia que cariño:

—Güenas tardes, tata...

Emocionado, pero severo, el anciano respondió:

—Güeñas... Apiate.

Desmontó el mozo. Se dieron la mano.

—¿Qué viento te trai pu'acá dispués de tantos años de ausencia?...

—Vine pa trairle una güena noticia, tata.

—Más vale ansina: será la primera!... Pasa padentro y verás a tu pobre mujer que sestá muriendo tísica...

Tuvo el gaucho una sonrisa cruel, y respondió:

—Gracias... ¡Le tengo mucho miedo a los tísicos!... Eso se pega...

Don Brígido lo miró con lástima, con pena y con desprecio, y volvió a preguntar:

—¿Qué venís hacer aquí?...

—Vengo a decirle que regreso al Paraguay, ande me han convidao pa'una regolución... Anduve en l'otra con el grado'e capitán, y aura me hacen comendante... Pero pa eso carece dejuramente que lleve alguna moneda, porque, como Usted compriende, un jefe sin plata no puede hacer güen pape!...

—¿Y?...

—Y espero que usted me lo facilite...

—¿Yo?...

—De juramente.

El viejo alzóse indignado:

—¿Olvidas que tuve que perder tuita mi fortuna pa sacarte 'e la cárcel donde te llevaron?...

—¡Por haber muerto un hombre!...

—¡Por haber asesinado y robado a un hombre!.. Y no lo hice por vos; pero por salvar el apelativo honrao, que vos ensuciabas, me dejé comer hasta el último peso por abogaos y precuradores!... ¡Y cuando te largaron, en vez de dir a lavarte la concencia con el sudor del trabajo, te juiste a vagabundear de nuevo, viviendo de enriedos, de trampas, de pillerías entre ladrones y chinas cuarteleras, sin acordarte de tu pobre mujer abandonada ni de tu pobre padre, viejo y arruinao!... ¡Mandate mudar de aquí!...

El mozo titubeó ante el apostrofe; y luego, tomando la brida del caballo y poniendo el pie en el estribo, respondió con énfasis:

—¡Está bien, tata!... ¡Ya que usté m'echa'e su casa, vi'a hacerme matar gloriosamente en tierra ajena!...

Con inflexible severidad don Brígido replicóle:

—¡Andá!... Es más fácil morir gloriosamente matando hermanos, que morir honradamente trabajando la tierra y cuidando su familia!... ¡Más valiente es el buey que muere aplastao por los años y el trabajo, qu'el tigre que muere peleando y en defensa de la res robada!...


Publicado el 11 de agosto de 2022 por Edu Robsy.
Leído 0 veces.