No hay más información sobre el texto «El Cojito».
No hay más información sobre el texto «El Cojito».
Enviar a Pocketbook «El Cojito»
—De todas suertes debes estar helado.
—Sólo unas miajas, cabayero.
—¿No tienes familia?
—Mi madre.
—¿Y tu madre te deja así...?
—No es que me deje. Es que no me pué recojer. Gracias que la recojan a ella en el lavaero ande lleva y trae los carretones.
—¿No trabajas?
—¿En qué?, estoy inútil —contesta el cojito balanceando su muleta—. Algún recao si los señoritos me lo encargan; alguna limosna, si hay persona caritativa que la dé, y se acabó el carbón. De mó, que cuando no alcanza pa dormir a cubierto, me arrimo a este quicio, y hasta que me despierta el sol con su luz o los guardias con las punteras de sus botas. El sereno es de confianza; hace la vista gorda. Un amigo, créalo usté.
El transeúnte siente su alma sacudida por la caridad, al oír el relato del muchachuelo. Tan fuerte es el sacudimiento piadoso, que toda la cara del filántropo sale de entre las pieles y, mientras con una de sus manos acaricia el rostro simiesco del cojito, desabrocha el gabán con la otra, la introduce en el bolsillo del chaleco, saca del bolsillo un par de pesetas y dándoselas al chico, le dice:
5 págs. / 9 minutos.
68 visitas.
Publicado el 22 de septiembre de 2019 por Edu Robsy.
Este texto no ha recibido aún ninguna valoración.
Para valorar «El Cojito» es necesario identificarse en textos.info.
56 libros publicados.