JUNCOSA:
(Escamado.) ¿Qué se suena, tú?
MANOLITA:
(Bajando la voz.) Que a usté le gusta la mujé de su
compadre y que anda usté a ve si los desaparta pa cuando ella se vea
desampará, casarse con ella.
JUNCOSA:
(Miedoso.) ¡Calla la boca, chiquilla!… Es verdá: me
tiene alusinao esa mujé desde hase mucho tiempo. Pero, por tu salú,
Manolita, que de esto… ni hablá. Porque, aunque yo soy un hombre libre, y
los derechos naturales del hombre libre, sívico y laico, son
invurnerables, progresivos e ilimitaos…
MANOLITA:
Oiga, a mí no me largue usté un discurso de esos que largaba usté
antes en la fábrica, en vez de trabajá, y que por esos le echaron a
usté.
JUNCOSA:
A mí no me han echao nunca de ninguna parte. Lo que pasa es que
don Felipe, tu amo, es un cavernícola, y pa que no le soliviante a la
gente, me ha suplicao que no entre en la fábrica, y me pasa los tres
duros der jorná, como si trabajara. Y gorviendo a lo nuestro, Manolita,
ayúdame y te regalo diez duros. Dale coba a Anacleto pa que se divorsie
y…
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