Libro gratis: Zarpas Negras
de Robert E. Howard

Buckley sacudió la puerta. Estaba cerrada desde dentro.

—Esto no me gusta —gruñó—. El coche frente a la casa… la puerta cerrada desde dentro… y no responde nadie. Me parece que voy a derribar la puerta…

—No es necesario. —Brill rebuscó en su bolsillo—. Usaré mi llave.

—¿Cómo es que tienes una llave del picadero de Reynolds? —quiso saber Buckley.

—Fue idea suya. El verano pasado estuve aquí algún tiempo con él, de modo que insistió en dejarme una llave, para que pudiera usar el refugio en cualquier momento que lo necesitara. Enciende la linterna, ¿quieres? No logro encontrar la cerradura. De acuerdo, ya la tengo. ¡Hey, Jim! ¿Estás aquí?

El haz de la linterna de Buckley iluminó varias sillas y mesitas de jugar a los naipes, posándose al fin sobre una puerta cerrada en la pared opuesta. Al entrar, Buckley escuchó como Brill tanteaba en derredor con el brazo extendido. Sonó un suave «click», seguido de una imprecación de Brill.