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Como es naiural, los revolucionarios gobernaron pésimamente, y se pensó en la restauración.
La mudanza es el placer de la vida; y la Humanidad sería feliz si las variaciones estuvieran regularizadas legalmente. Yo he obedecido á cuatro reyes, dos regentes, dos repúblicas y un gobierno provisional, y todos me han dado un día de esperanza al llegar, un día de dolor al gobernarme y un día de placer cuando se fueron. Lo mismo me ha ocurrido con mis conocidos y con mis amadas. Pero!cuantos sustos en cada mudanza! Dios, en su infinita sabiduría, regularizo los cambios en la Naturaleza; el invierno se marcha alegre porque sabe que ha de volver, y nosotros le recibimos á gusto porque sabemos que se marchara oportunamente. Por eso dije á ustedes que la mudanza es el placer de la vida, y por eso ustedes y yo nos damos el placer de cambiar de asunto.
Mientras conspiro el príncipe Alejandro, vivió huido y oculto en Andalucía, singularmente en la provincia de Córdoba, donde su realeza hallo ostensible culto en las cabezas de muchos hombres y en los corazones de muchísimas mujeres. El rey fué agradecido á los favores que le habían prodigado los cordobeses; y, al sentarse en el trono, anunció el Gobierno que S. M., huyendo por los olivares de Córdoba en una noche triste, y temeroso de ser reconocido, había clavado en una aceituna el diminuto alfiler terminado por un brillante, que envidiaba el Sol, y que el rey difunto llevaba sobre su pecho en las grandes ceremonias. Añadía el regio pregón que si la alhaja fuese hallada por una mujer, sería esta la reina de España; y si lo fuese por un hombre, sería este el capitán general de los ejércitos, manera atinadísima y consuetudinaria con que en este país se han provisto casi siempre los empleos.
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Publicado el 28 de noviembre de 2021 por Edu Robsy.
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