En este libro se recogen siete crónicas publicadas escritas por Arlt y publicadas por el periódico El Mundo a finales de 1935 con motivo de un viaje por el País Vasco.
De una forma anecdótica, el autor comparte sus impresiones de su primer contacto con las ciudades, las gentes y las costumbres, sin entrar en su crítica, pero con una lúcida mirada de extranjero.
Encajonada por montañas, erizadas de altos hornos, fábricas y
palacios, el río Nervión delimita las posiciones sociales de la ciudad. A
la derecha, se extiende la ciudad antigua; a la izquierda, la ciudad
moderna.
Su opulencia
La ciudad de la izquierda es magnífica, soberbia y solitaria.
Contemplándola se comprende cuán intenso debe ser el orgullo de sus
señores cruzándola en un automóvil de ocho cilindros en una noche de
invierno. Estos pórticos de mármol negro son la entrada de palacios,
cuyos departamentos iluminados se abren en centenares de ventanas sobre
parques escrupulosamente rapados. Aquí viven los dueños de los altos
hornos, los directores de compañías mineras, los técnicos de las usinas
que fabrican barcos de guerra y funden locomotoras. Veinte bancos
adornan la flamante y solitaria ciudad, veinte bancos fortificados de
verjales suntuosos: el Anglo South American, la banca López y Quesada,
el Banco de Urquijo, el de Bilbao, el de Hernández y Mendicharaga, el de
Smith Horn y trece bancos más. En las fachadas, sus pizarras marcan las
cotizaciones de las fábricas de explosivos, de las factorías del acero,
de las empresas de navegación. Se encuentra aquí la nómina completa de
los valores de la Bolsa de Nueva York, París, Londres, Berlín, Buenos
Aires, Madrid, la cotización de las acciones del Credit Lionnays, de la
Liberty Loan, de la Royal Dutch, de la Canadian Pacific, de la Nord
Lumiere...
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Publicado el 31 de octubre de 2021 por Edu Robsy.
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