La obra narra, desde un punto de vista sardónico, las peripecias del protagonista Cándido en su primer encuentro con el precepto del optimismo leibniziano de que «todo sucede para bien en este, el mejor de los mundos posibles» y en una serie de aventuras subsecuentes que refutan de forma dramática el famoso precepto a pesar del obstinamiento con el que el personaje se aferra a éste.
La novela satiriza la filosofía de Leibniz, y es un muestrario de los horrores del mundo del siglo XVIII. En Cándido, Leibniz está representado por el filósofo Pangloss, tutor del protagonista. A pesar de observar y experimentar una serie de infortunios, Pangloss afirma repetidamente que «todo sucede para bien» y que vive en «el mejor de los mundos posibles».
Agitada, desatentada, fuera de mi unas veces, y muriéndome otras de
pesar, tenia preocupada la imaginacion con la muerte de mi padre, mi
madre y mi hermano, con la insolencia de aquel soez soldado bulgaro,
con la cuchillada que me dió, con mi oficio de lavandera y cocinera,
con mi capitan bulgaro, con mi sucio Don Isacar, con mi abominable
inquisidor, con la horca del doctor Panglós, con aquel gran miserere
en fabordon durante el qual le diéron á vm. doscientos azotes, y mas
que todo con el beso que dí á vm. detras del biombo la última vez que
nos vimos. Dí gracias á Dios que nos volvia á reunir por medio de
tantas pruebas, y encargué á mi vieja que cuidase de vm., y me le
traxese luego que fuese posible. Ha desempeñado muy bien mi encargo, y
he disfrutado el imponderable gusto de volver á ver á vm., de oírle, y
de hablarle. Sin duda que debe tener una hambre canina, yo tambien,
tengo buenas ganas, con que cenemos ántes de otra cosa.
Sentáronse pues ámbos á la mesa, y despues de cenar se volviéron al
hermoso canapé de que ya he hablado. Sobre el estaban, quando llegó el
señor Don Isacar, uno de los dos amos de casa; que era sábado, y venia
á gozar sus derechos, y explicar su rendido amor.
97 págs. / 2 horas, 50 minutos.
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Publicado el 20 de abril de 2016 por Edu Robsy.
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