Una guía fácil y práctica para adquirir el hábito de la escritura
Este "Decálogo para empezar a escribir hoy" no es más que el resultado de las investigaciones y experimentos del autor para adquirir de forma progresiva y fácil el hábito de la escritura. Acostumbrarse a escribir requiere sobre todo de voluntad, pero todo resulta más sencillo si podemos adquirir y desarrollar el hábito de la escritura de una forma progresiva, sin realizar grandes esfuerzos que podrían ser contraproducentes en el largo plazo.
Este breve manual, de fácil lectura, propone diez sencillas ideas para ponernos a escribir ya mismo, para adquirir, desarrollar y mantener una práctica de escritura habitual y saludable, compatible con el resto de nuestras actividades diarias. Cada uno de estos principios se desarrolla de forma amena, con ejemplos en primera persona y explicaciones que justifican por qué funcionan y cómo pueden ayudarnos a convertirnos en escritores.
No se trata de un libro de escritura creativa, ni de un manual de estilo para escribir, sino de un simple listado de reglas contrastadas que funcionan y que tienen como objetivo convertirnos en escritores habituales, reincidentes y satisfechos, además de aumentar nuestra productividad actual si ya escribimos. Tampoco es un manual de autoedición ni contiene técnicas de autopromoción de autores. Su objetivo es mucho más limitado y, a la vez, muy ambicioso: conseguir que, si de verdad queremos escribir, podamos llegar a hacerlo de forma habitual y sin que suponga un sacrificio o cambie de forma dramática nuestro estilo de vida.
Esperamos que este libro sea para sus lectores un primer paso para lanzarse a escribir de una forma continuada y habitual para poder hacer realidad sus sueños. A escribir se aprende escribiendo, y este breve decálogo nos proporciona las claves para hacerlo de forma sistemática y gradual. No hay atajos, pero siempre es bueno llevar un buen mapa con nosotros.
Fragmento de «Decálogo para Empezar a Escribir Hoy»
Es muy importante que el objetivo nos suponga un cierto desafío: no
puede ser demasiado fácil, porque sería una rutina, no un hábito. Pero a
la vez, tiene que ser asumible y no suponernos un sacrificio que
desequilibre nuestra forma de vida. Obligarnos a escribir ocho horas
cada día parece algo difícil de asumir si tenemos además un trabajo y
familia. Obligarnos a escribir una sola frase al día, por otra parte, es
ridículo. Cada uno tiene que fijar sus metas, y conviene recordar que
éstas no son estáticas: si nos resulta difícil alcanzar el objetivo, se
puede revisar a la baja, y, por el contrario, si vemos que podemos
cumplirlo sin esfuerzo, quizás debamos aumentarlo. Podemos además
flexibilizarlo, pero no hasta el punto de eliminar estos objetivos.
Por ilustrar un poco la cuestión con mi propia experiencia, al
principio me fijé el objetivo de escribir un mínimo de 1.000 palabras al
día. Mi jornada profesional es ahora mismo bastante larga y tengo
además otros compromisos, así que me pareció que 1.000 palabras, una
extensión que sería más o menos equivalente a tres páginas de un libro,
era algo que podría asumir. Haciendo un poco de aritmética y suponiendo
que fuera capaz de mantener este compromiso diario durante el resto de
mi vida, dada mi edad y esperanza de vida, podría dejar escritas más de
40.000 páginas. Incluso descartando un volumen importante de esta
producción, son páginas más que suficientes para albergar alguna obra
interesante, pese a no ser un buen escritor. Siempre produce algo de
vértigo hacer este tipo de operaciones aritméticas.
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Publicado el 22 de mayo de 2018 por Edu Robsy.
El decálogo me ha parecido muy esclarecedor en muchos aspectos, y con certeza ayudará a muchos indecisos. Recuerdo que en mi adolescencia me pasé mucho tiempo pensando en escribir, pero, aunque parezca mentira, no encontraba cómo empezar a hacerlo porque buscaba la frase adecuada (hoy sé que cualquiera sirve). La verdad es que no estaba preparado para empezar; esto me vino hace unos tres años más o menos, cuando me encontré un día de lluvia sin tener nada para leer. Fue ahí que recordando un sueño recurrente, agarré el teléfono y empecé a escribir mi primer cuento (hoy ya estoy por el número 940 y algo). Bien, Edu, felicitaciones por la meteria y por Texto.info. Saludos.
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