No hay más información sobre el texto «El Mosquito».
Este texto forma parte del libro «Cuentos del Hogar».
No hay más información sobre el texto «El Mosquito».
Este texto forma parte del libro «Cuentos del Hogar».
Descargar Kindle «El Mosquito»
Edición dislexia «El Mosquito»
Enviar a Pocketbook «El Mosquito»
Fue el caso que, ya crecido el principito, resolvió su padre completar su educación; y consultados los cortesanos, éstos le dijeron que era conveniente recibiera lecciones de una águila, porque el águila es la reina de las aves, remonta su vuelo hasta el sol y tiene bajo su mirada a todos los demás seres y a la naturaleza entera; siendo, por lo tanto, muy conveniente que en su ejemplo se inspirara el que estaba llamado a reinar. Creyó el padre a pies juntillas lo que le decían y aceptó por bueno el consejo; y como en una montaña muy alta que había a poca distancia, anidaba una águila muy poderosa, resolvió que allí fuera el principito, a quien casi ya podemos llamar joven, avisando antes al águila y poniéndose con ella de acuerdo por medio de los halconeros de palacio, por ser gente muy entendida en todo lo que a aves se refiere.
Como había que atravesar un bosque, dispuso el príncipe que algunos cortesanos acompañaran a su hijo; pero éste les ordenó, en cuanto estuvieron lejos de la población, que se volvieran, pues quería poner a prueba la fuerza y la audacia que en tan alto grado poseía, según le habían repetido mil veces; añadiendo que con su ingenio sabría salirse de todos sus peligros y hacer frente a los contratiempos. Los cortesanos intentaron oponerse a tal resolución, porque sabían que era de mentirijillas aquello de fuerza, audacia y sabiduría, y temían las consecuencias de un mal paso; pero por lo mismo que habían hecho creer al principito que a todos aventajaba y a todos era superior, dirigioles tan colérica mirada, que se apresuraron a retroceder y entraron cabizbajos en palacio. Motivo para ello tenían, pues el príncipe enfadose mucho al saber que habían abandonado a su hijo, y en castigo mandó encerrarles en un calabozo, teniéndoles a pan y agua hasta que hubiese vuelto. Mientras tanto el joven se había metido en el bosque; y al hallarse solo, apoyó la mano en el puño del espadín, y moviendo la otra exclamó con aire de valentón:
8 págs. / 14 minutos.
44 visitas.
Publicado el 19 de diciembre de 2020 por Edu Robsy.
Este texto no ha recibido aún ninguna valoración.
Para valorar «El Mosquito» es necesario identificarse en textos.info.
18 libros publicados.