Libro gratis: En la Jaula
de Henry James

(...) separarse en la tormenta de sus tribulaciones y luego, finalmente, volver a encontrarse a la luz tenue del amanecer) admitir que la otra era, en su círculo privado, la única igual; pero la admisión se produjo, cuando lo hizo, con un sincero quejido; y, desde el momento en que expresaron por fin esta igualdad, cada una hallaba un gran provecho personal en exagerar la grandeza original de la otra. La señora Jordan tenía diez años más, pero a su joven amiga le sorprendía la poca importancia que esa diferencia tenía ahora; no era así en la época en que, siendo mucho más amiga de su madre, la desconsolada señora, sin un penique ahorrado y careciendo como ella de todo recurso, había pedido carbón y paraguas a cambio de patatas y sellos desde el otro lado del sórdido rellano al que se abrían las dos puertas, frente por frente, del par de aterrorizados infortunios y al que ambas mujeres se habían visto confinadas de forma desconcertante. Por aquel entonces era dudoso que a (...)