Libro gratis: En Vísperas
de Iván Turguéniev

—Disculpe, no tengo cigarrillos emboquillados ni puros.

Bersénev se encendió la pipa.

—Pues yo —dijo éste— he alquilado una casita cerca de Kúntsovo. Es muy barata y cómoda. Hasta tengo una habitación libre en el piso de arriba.

Insárov de nuevo no respondió nada. Bersénev dio una calada.

—Incluso había pensado —añadió soltando una fina bocanada de humo— que si, por ejemplo, encontrara a alguien… a usted, por ejemplo. Había pensado… alguien que quisiera… que se aviniera a instalarse en el piso de arriba, ¡sería fantástico! ¿Qué le parece, Dmitri Nikanórych?

Insárov alzó sus pequeños ojos hacia él.

—¿Me está proponiendo que me instale en su dacha?

—Sí: me sobra la habitación de arriba.

—Le estoy muy agradecido, Andréi Petróvich, pero me temo que mis recursos no me lo permiten.

—¿Cómo que no se lo permiten?

—No me permiten instalarme en una dacha. No puedo mantener dos apartamentos.