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—Buen amigo, buen huésped, buen señor, gran honra me habéis hecho y os será bien recompensada: mañana vuestra hija vendrá conmigo a la corte del rey; allá la tomaré por mujer, y si queréis esperar un poco, en seguida os enviaré a buscar. Os haré conducir a mi tierra, que es de mi padre y será mía después; está lejos de aquí, no muy cerca. Allí os daré dos castillos muy buenos, muy ricos y bellos; seréis señor de Roadán que existe desde tiempos de Adán, y luego otro castillo que vale mucho más que un junco; la gente lo llama Montrevel, mi padre no tiene castillo mejor. Antes de que pasen tres días os habré enviado oro y plata, veros y petigrís, y telas de seda y de caro precio, para vestiros, a vos y a vuestra mujer, que es mi cara y dulce señora. Mañana, en cuanto salga el alba del día, me llevaré a vuestra hija a la corte, vestida tal como está; quiero que mi señora la reina la atavíe con su propia ropa, que es de seda teñida en grana.
Había allí una doncella muy noble, discreta y valerosa, sentada en un banco al lado de la doncella de la saya blanca, y era prima hermana suya, y sobrina del mismo conde.
123 págs. / 3 horas, 35 minutos.
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Publicado el 7 de marzo de 2017 por Edu Robsy.
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