Hablar de educación holista es hablar también de política, tal como lo explica Gerzon por lo tanto se debe hablar de una política holista la cual buscará fortalecer los sistemas económicos de las naciones buscando primeramente que la existencia de un buen ser humano con conciencia moral y principios éticos que crean empresas públicas y privadas con valores y ética que promuevan una sociedad sustentable holista, en este sentido, economía, educación, política y espiritualidad son aspectos que el ser humano necesita a fin de formar una sociedad verdaderamente integral que posibilite a cada individuo alcanzar el máximo desarrollo de su conciencia.
La
propuesta es entonces es una nueva visión, una nueva educación en todos los
sentidos que permita avanzar hacia un nuevo estado que ha sido nombrado
“transmodernidad”, con lo cual definimos la nueva época holista que en el caso
de ambos países ha permitido dar paso al espíritu, a la conciencia que derrumba
el egocentrismo, el nihilismo y el hedonismo que tanto daño ha hecho al ser humano
y al mundo entero.
En
su diálogo con Jeffrey Kane se plantean la confusión que ha surgido en cuanto a
los términos utilizados en esta nueva visión y que alude principalmente al
concepto de espiritualidad. Existen dudas al utilizar este concepto, se ha confundido
mucho con religión y en el mejor de los casos con conceptos relacionado con el
new age, entonces nos presenta a la espiritualidad en términos propios del Zen
y del Tao, donde se habla de decrecer internamente no en el espíritu, no en el
ser sino en el ego en eso que nos hace ser más de afuera y menos de adentro, el
ego que nos engaña y que nos seduce que alimentamos con cada uno de nuestros
pensamientos, de nuestros deseos, se nuestros apegos y miedos, entonces la
espiritualidad se presenta como un decrecimiento de este ego, de esta avidez y
que deja florecer el “yo soy”, el yo transpersonal y que como educadores
holistas estamos en esa búsqueda y ayudando a nuestros alumnos y todo aquel ser
humano con que nos crucemos, a ayudarlo a encontrar, ese “yo soy” y a llegar al
corazón de la educación holista que es la compasión que cuando la llevamos a la
acción se muestra como un real interés en todos los seres, el espíritu de
servicio hacia los demás, la gratitud hacia la vida, un corazón en paz y armonía.