Narra la historia del dios Dioniso, desesperado por el estado de los autores de tragedias de Atenas, y supuestamente recuperándose de la desastrosa Batalla de Arginusas. Así, viaja al Hades para traer de vuelta a Eurípides del mundo de los muertos. Lleva consigo a su esclavo Jantias, que es más inteligente, fuerte, racional, prudente, valiente y educado que Dioniso. Para ganarse a la audiencia, la primera escena en una serie de chistes y humor grueso en la que Jantias supera sutilmente a Dioniso en cada frase.
Para hallar un camino seguro al Tártaro, Dioniso busca el consejo de su hermanastro Heracles, que ya había estado allí para robar al sabueso Cerbero. Dioniso se presenta en su puerta vestido con una piel de león y llevando una clava. Heracles, tras ver al afeminado Dioniso vestido como él, no puede sino reír. A la pregunta de qué camino es el más rápido para llegar al Hades, Heracles contesta con las opciones de ahorcarse, beber veneno o tirarse de una torre. Dioniso elige el más largo viaje por un lago (posiblemente el Aqueronte), el mismo que tomó Heracles.