No hay más información sobre el texto «Los Fuegos Fatuos Están en la Ciudad, Dijo la Reina del Pantano».
No hay más información sobre el texto «Los Fuegos Fatuos Están en la Ciudad, Dijo la Reina del Pantano».
Leer en línea «Los Fuegos Fatuos Están en la Ciudad, Dijo la Reina del Pantano»
Descargar PDF «Los Fuegos Fatuos Están en la Ciudad, Dijo la Reina del Pantano»
Descargar ePub «Los Fuegos Fatuos Están en la Ciudad, Dijo la Reina del Pantano»
Descargar Kindle «Los Fuegos Fatuos Están en la Ciudad, Dijo la Reina del Pantano»
Edición dislexia «Los Fuegos Fatuos Están en la Ciudad, Dijo la Reina del Pantano»
Enviar a Kindle «Los Fuegos Fatuos Están en la Ciudad, Dijo la Reina del Pantano»
Enviar a Pocketbook «Los Fuegos Fatuos Están en la Ciudad, Dijo la Reina del Pantano»
Regalar ebook «Los Fuegos Fatuos Están en la Ciudad, Dijo la Reina del Pantano»
Edición física «Los Fuegos Fatuos Están en la Ciudad, Dijo la Reina del Pantano»
Denunciar libro «Los Fuegos Fatuos Están en la Ciudad, Dijo la Reina del Pantano»
Por el sector antiguo del jardín, con su atrayente y penumbrosa avenida de castaños, paseaba el hombre que había salido en busca del cuento. Una vez el viento le había murmurado allí algo relativo a Waldemar Daae y sus hijas. La dríada del árbol, que era la propia madre de las leyendas, le había contado allí el último sueño del viejo roble. En tiempos de la abuela había allí setos recortados; ahora, en cambio, sólo crecían helechos y ortigas, que se extendían por encima de abandonados restos de antiguas estatuas de piedra. Les crecía musgo en los ojos, a pesar de lo cual veían tan bien como en sus buenos tiempos. Esto no lo sabía el hombre que andaba en busca del cuento y no lo veía. ¿Dónde estaría?
Por sobre su cabeza y los viejos árboles volaban las cornejas a centenares, lanzando su «¡cra, da, cra, da!». Él salió del jardín a la alameda, pasando por los fosos. Había allí una casita de forma hexagonal, con un gallinero y un corral de patos. En la habitación estaba la anciana que cuidaba de la hacienda y que se enteraba de cada huevo que ponían las gallinas y de cada polluelo que salía del cascarón. Pero no era ella el cuento que el hombre andaba buscando, como podía verse por la fe de bautismo y el certificado de vacunación que estaban sobre la cómoda.
14 págs. / 25 minutos.
91 visitas.
Publicado el 4 de julio de 2016 por Edu Robsy.
Este texto no ha recibido aún ninguna valoración.
Para valorar «Los Fuegos Fatuos Están en la Ciudad, Dijo la Reina del Pantano» es necesario identificarse en textos.info.
157 libros publicados.