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—Ya lo sé, Jacobito, ya lo sé. Tienes el genio lo mismo que tu abuelo (q. e. g. e.). ¡Qué señor aquel! Era una pólvora. Figúrate que una vez estando afeitándose oyó un grito en el patio; volvió la cara tan deprisa, que se dió un tajo en las narices tremendo... Pero es necesario contenerse, hijo mío, reprimir un poco el genio para poder vivir en el mundo. Yo creo que si ese profesor se ha querido reír de ti, lo que debes hacer es reirte de él.
Tal fué, con leves variantes, el consejo que en los tiempos primitivos de la Grecia dió Minerva, la diosa de los ojos resplandecientes, al divino Aquiles en su famosa reyerta con el Atrida Agamenón. Fuerza es reconocer que nuestro héroe no se mostró tan sumiso á las órdenes de la diosa como el hijo de Peleo. En vez de envainar como éste la espada inmediatamente y someterse, se negó á incoar otro procedimiento que no fuese el de la fuerza. Lo único que D.ª Adelaida pudo conseguir, después de muchos ruegos, fué que aplazase para otro día la destrucción del profesor.
327 págs. / 9 horas, 33 minutos.
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Publicado el 20 de agosto de 2017 por Edu Robsy.
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