El caso Dreyfus tuvo como origen una sentencia judicial de neto corte antisemita, sobre un trasfondo de espionaje y antisemitismo, en el que la víctima fue el capitán Alfred Dreyfus (1859-1935), de origen judío-alsaciano, y que durante doce años, de 1894 a 1906, conmocionó a la sociedad francesa de la época, marcando un hito en la historia del antisemitismo.
La revelación del escándalo en Yo acuso (J'accuse), un artículo de Émile Zola de 1898, provocó una sucesión de crisis políticas y sociales inéditas en Francia que, en el momento de su apogeo en 1899, revelaron las fracturas pronunciadas que subyacían en la Tercera República Francesa. Dividió profunda y duraderamente a los franceses en dos campos opuestos, los dreyfusards (partidarios de Dreyfus) y los antidreyfusards (opositores a Dreyfus). Reveló también la existencia en la sociedad francesa de un núcleo de violento nacionalismo y antisemitismo difundido por una prensa sumamente influyente —entre la que destacaba el periódico antisemita La Libre Parole de Édouard Drumont, que tiraba 200.000 ejemplares al día—. El caso se convirtió en símbolo moderno y universal de la iniquidad en nombre de la razón de Estado.
Ah! Este primer caso es una pesadilla para aquellos que conocen
sus verdaderos detalles! El Comandante Du Paty de Clam arresta a
Dreyfus, en secreto. Se dirige a la Sra. Dreyfus, la aterroriza, le dice
que si ella habla, su marido está perdido. Durante este tiempo, el
infeliz se desgarró la carne, aulló su inocencia. Y las instrucciones se
hacían así, como en un cuento del siglo XV, envuelto en misterio, con
una complicación salvaje de las circunstancias, todo basado en una sola
acusación infantil, este asunto idiota, que no sólo era una vulgar
traición, sino también el más descarado de los engaños, porque los
famosos secretos entregados eran casi todos sin valor. Si insisto, es
que el núcleo está aquí, de donde surgirá más tarde el verdadero crimen,
la terrible denegación de justicia de la que Francia está enferma. Me
gustaría tocar con un dedo cómo este error judicial puede ser posible,
cómo nació de las maquinaciones del Comandante Du Paty de Clam, cómo el
General Mercier, el General De Boisdeffre y el General Gonse pueden
dejar que suceda, para comprometerse poco a poco con su responsabilidad
en este error, que creían que era necesario, más tarde, imponer como la
santa verdad, una verdad que ni siquiera se discute. Al principio, no
hay esto, por su parte, esta incuriosidad y obtusividad. A lo sumo, uno
siente que ceden a un ambiente de pasiones religiosas y a los prejuicios
del espíritu físico. Se permitieron un error.
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Publicado el 4 de junio de 2016 por Edu Robsy.
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