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Ratón Pérez

Luis Coloma


Cuento infantil


Dedicatoria

Á Su Alterza Real el Serenísimo
Señor Príncipe de Asturias,
Don Alfonso de Borbón y Battenberg.

Señor:

Hace cerca de veinte años que escribí estas páginas para S. M. el Rey D. Alfonso XIII, vuestro augusto padre. Permitidme, Señor, que, al reimprimirlas hoy, las dedique á V. A., deseoso de que arraigue en vuestra alma, tan honda y fructuosamente como arraigó en vuestro padre, la sencilla y sublime idea de la verdadera fraternidad humana.

Que Dios bendiga á V. A. como de todo corazón lo pide diariamente, su affmo. en Cristo,

Luis Coloma, S. J.

Ratón Pérez

Sembrad en los niños la idea, aunque no la entiendan: los años se encargarán de descifrarla en su entendimiento y hacerla florecer en su corazón.

Entre la muerte del rey que rabió y el advenimiento al trono de la reina Mari-Castaña existe un largo y obscuro período en las crónicas, de que quedan pocas memorias. Consta, sin embargo, que floreció en aquella época un rey Buby I, grande amigo de los niños pobres y protector decidido de los ratones.

Fundó una fábrica de muñecos y caballos de cartón para los primeros, y sábese de cierto, que de esta fábrica procedían los tres caballitos cuatralbos, que regaló el rey D. Bermudo el Diácono á los niños de Hissén I, después de la batalla de Bureva.

Consta también que el rey Buby prohibió severamente el uso de ratoneras y dictó muy discretas leyes para encerrar en los límites de la defensa propia los instintos cazadores de los gatos: lo cual resulta probado, por los graves disturbios que hubo entre la reina doña Goto ó Gotona, viuda de D. Sancho Ordóñez, rey de Galicia, y la Merindad de Ribas de Sil, á causa de haberse querido aplicar en ésta las leyes del rey Buby al gato del Monasterio de Pombeyro, donde aquella Reina vivía retirada.


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12 págs. / 21 minutos / 328 visitas.

Publicado el 12 de octubre de 2017 por Edu Robsy.

Rashomon

Ryunosuke Akutagawa


Cuento


Era un frío atardecer. Bajo Rashomon, el sirviente de un samurai esperaba que cesara la lluvia. No había nadie en el amplio portal. Sólo un grillo se posaba en una gruesa columna, cuya laca carmesí estaba resquebrajada en algunas partes. Situado Rashomon en la Avenida Sujaltu, era de suponer que algunas personas, como ciertas damas con el ichimegasa o nobles con el momiebosh, podrían guarecerse allí; pero al parecer no había nadie fuera del sirviente. Y era explicable, ya que en los últimos dos o tres años la ciudad de Kyoto había sufrido una larga serie de calamidades: terremotos, tifones, incendios y carestías la habían llevado a una completa desolación. Dicen los antiguos textos que la gente llegó a destruir las imágenes budistas y otros objetos del culto, y esos trozos de madera, laqueada y adornada con hojas de oro y plata, se vendían en las calles como leña. Ante semejante situación, resultaba natural que nadie se ocupara de restaurar Rashomon. Aprovechando la devastación del edificio, los zorros y otros animales instalaron sus madrigueras entre las ruinas; por su parte ladrones y malhechores no lo desdeñaron como refugio, hasta que finalmente se lo vio convertido en depósito de cadáveres anónimos. Nadie se acercaba por los alrededores al anochecer, más que nada por su aspecto sombrío y desolado.

En cambio, los cuervos acudían en bandadas desde los más remotos lugares. Durante el día, volaban en círculo alrededor de la torre, y en el cielo enrojecido del atardecer sus siluetas se dispersaban como granos de sésamo antes de caer sobre los cadáveres abandonados.


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6 págs. / 11 minutos / 215 visitas.

Publicado el 25 de junio de 2016 por Edu Robsy.

Rapunzel

Hermanos Grimm


Cuento infantil


Había en una ocasión un matrimonio que deseaba hacía mucho tiempo tener un hijo, hasta que al fin dio la mujer esperanzas de que el Señor quería se cumpliesen sus deseos. En la alcoba de los esposos había una ventana pequeña, cuyas vistas daban a un hermoso huerto, en el cual se encontraban toda clase de flores y legumbres. Se hallaba empero rodeado de una alta pared, y nadie se atrevía a entrar dentro, porque pertenecía a una hechicera muy poderosa y temida de todos. Un día estaba la mujer a la ventana mirando al huerto en el cual vio un cuadro plantado de ruiponches, y la parecieron tan verdes y tan frescos, que sintió antojo por comerlos. Creció su antojo de día en día y, como no ignoraba que no podía satisfacerle, comenzó a estar triste, pálida y enfermiza. Asustose el marido y la preguntó:

—¿Qué tienes, querida esposa?

—¡Oh! le contestó, si no puedo comer ruiponches de los que hay detrás de nuestra casa, me moriré de seguro.

El marido que la quería mucho, pensó para sí.

—Antes de consentir en que muera mi mujer, la traeré el ruiponche, y sea lo que Dios quiera.

Al anochecer saltó las paredes del huerto de la hechicera, cogió en un momento un puñado de ruiponche, y se lo llevó a su mujer, que hizo enseguida una ensalada y se lo comió con el mayor apetito. Pero le supo tan bien, tan bien, que al día siguiente tenía mucha más gana todavía de volverlo a comer, no podía tener descanso si su marido no iba otra vez al huerto. Fue por lo tanto al anochecer, pero se asustó mucho, porque estaba en él la hechicera.

—¿Cómo te atreves, le dijo encolerizada, a venir a mi huerto y a robarme mi ruiponche como un ladrón? ¿No sabes que puede venirte una desgracia?

—¡Ah! le contestó, perdonad mi atrevimiento, pues lo he hecho por necesidad. Mi mujer ha visto vuestro ruiponche desde la ventana, y se le ha antojado de tal manera que moriría si no lo comiese.


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3 págs. / 6 minutos / 1.593 visitas.

Publicado el 23 de agosto de 2016 por Edu Robsy.

Rápida Ojeada sobre los Leones

Manuel Payno


Cuento


Modas

Desde que comenzamos a redactar El Museo, deseábamos una que otra vez dedicar una hoja para hablar de modas; mas día por día se fue quedando este propósito en el olvido. Posteriormente El Liceo ha publicado algunos artículos ilustrados con litografías, y hemos creído satisfecha ya la necesidad del público en esta materia, bien que para algunos sea la variación, decadencia o progreso de una moda, punto de la más alta importancia.

Como probablemente la explicación de la forma de los chalecos, casacas, etcétera, sea obra de algunas líneas, ocuparemos un poco más de papel en hacer varias explicaciones conducentes.

Nuestros apreciables suscriptores habrán oído desde tiempos muy atrás designar a los que acostumbran seguir las imperiosas leyes de la moda, con sobrenombres exclusivos. Se han llamado elegantes, dandys, petimetres, fashionables, pisaverdes, etcétera: ahora todos estos nombres han caído en desuso, y sólo se conocen en París con el pomposo título de leones.


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Dominio público
5 págs. / 9 minutos / 46 visitas.

Publicado el 19 de noviembre de 2020 por Edu Robsy.

Ranchos (Costumbres del Campo)

Javier de Viana


Cuentos, Colección


EL ALMA DEL PADRE

Por la única puerta de la cocina,—una puerta de tablas bastas, sin machimbres, llena de hendijas, anchas de una pulgada, el viento en ráfagas, violentas y caprichosas, se colaba a ratos, silbaba al pasar entre los labios del maderamen, y soplando con furia el hogar dormitante en medio de la pieza, aventaba en grísea nube las cenizas, y hacía emerger del recio trashoguero, ancha, larga y roja llama que enargentaba, fugitivamente, los rostros broncíneos de los contertulios del fogón y el brillador azabache de los muros esmaltados de ollin.

Y de cuando en cuando, la habitación aparecía como súbitamente incendiada por los rayos y las centellas que el borrascoso cielo desparramaba a puñados sobre el campo.

El lívido resplandor cuajaba la voz en las gargantas y los gestos en los rostros, sin que enviara para nada la lógica reflexión de don Matías,—expresada después de pasado el susto.

—Con los rayos acontece lo mesmo que con las balas; la que oímos silbar es porque pasa de largo sin tocarnos; y con el rejucilo igual: el que nos ha'e partir no nos da tiempo pa santiguarnos...

Y no hay para qué decir que en todas las ocasiones, era el primero en santiguarse; aún cuando rescatara de inmediato la momentánea debilidad, con uno de sus habituales gracejos de que poseía tan inagotable caudal como de agua fresca y pura, la cachimba del bajo,—pupila azul entre los grisáceos párpados de piedra, que tenían un perfumado festón de hierbas por pestañas.

El tallaba con el mate y con la palabra, afanándose en ahuyentar el sueño que mordía a sus jóvenes compañeros, a fuerza de cimarrón y a fuerza de historias, pintorescas narraciones y extraordinarias aventuras, gruesas mentiras idealizadas por su imaginación poética.


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Dominio público
97 págs. / 2 horas, 50 minutos / 282 visitas.

Publicado el 3 de enero de 2017 por Edu Robsy.

Rampsinit

Marcel Schwob


Cuento


Tras pasar una noche con el ladrón que al despertar le tendió la mano de un muerto, Ahouri, la hija del rey Rampsinitos, se enamoró de él. Y pidió a su padre permiso para casarse con la persona a quien había entregado su virginidad. El viejo rey, que admiraba al ladrón, consintió y le dejó su trono y su tesoro de la cámara enlosada con una piedra angular giratoria. Así fue como el ladrón se convirtió en rey de Egipto y se hizo llamar Rampsinit.

Pero, poco tiempo después, la frente de la reina Ahouri enfermó. Los magos modelaron bolas de arcilla con hierbas secas, escribieron talismanes con tinta negra y roja y acariciaron la nariz de Ahouri con plantas recolectadas en luna llena, como prescribe el libro de Imhotep. Pero el cuerpo de la reina se cubrió de manchas rosadas y fue presa de temblores. Los médicos abrieron entonces el libro de Thot y todos menearon la cabeza.

A la noche siguiente, un grito desgarrador rompió el silencio de palacio. Los embalsamadores llegaron con los primeros rayos del alba portando tres ataúdes dorados y las mujeres lavaron el cuerpo de Ahouri, girando su cabeza hacia el sur. Se realizó un rezo y un embalsamador quebró el cráneo de la princesa introduciendo un gancho afilado por la fosa nasal izquierda. Se realizó otro rezo y el escriba trazó con su cálamo una línea negra en el lado izquierdo de su vientre. Se realizó un rezo más y un matarife sajó siguiendo la línea con un cuchillo de obsidiana traído de Etiopía. Tras lo cual, los esclavos se precipitaron sobre él y lo molieron a palos, pues se trata de un oficio impuro. Entonces lavaron el interior del cadáver con vino de palma e introdujeron las vísceras en cubetas de natrón.

Enseguida la doble de la reina Ahouri escapó por sus labios y huyó hacia la Apertura de la Boca por donde se llega hasta la morada de la diosa Hathor. «¡A Occidente! ¡A Occidente!», gritaron todos los presentes.


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3 págs. / 6 minutos / 42 visitas.

Publicado el 28 de marzo de 2017 por Edu Robsy.

Ramón Nonnato, Suicida

Miguel de Unamuno


Cuento


Cuando harto de llamar a la puerta de su cuarto, entró, forzándola, el criado, encontrose a su amo lívido y frío en la cama, con un hilo de sangre que le destilaba de la sien derecha, y junto a él, aquel retrato de mujer que traía constantemente consigo, casi como un amuleto, y en cuya contemplación se pasaba tantas horas.

Y era que en la víspera de aquel día de otoño gris, a punto de ponerse el día, Ramón Nonnato se había pegado un tiro. Habíanle visto antes, por la tarde, pasearse, solo, según tenía por costumbre, a la orilla del río, cerca de su desembocadura, contemplando cómo las aguas se llevaban al azar las hojas amarillas que desde los álamos marginales iban a caer para siempre, para nunca más volver, en ellas. «Porque las que en la primavera próxima, la que no veré, vuelvan con los pájaros nuevos a los árboles, serán otras», pensó Nonnato.

Al desparramarse la noticia del suicidio hubo una sola y compasiva exclamación: «¡Pobre Ramón Nonnato!». Y no faltó quien añadiera: «Le ha suicidado su difunto padre».

Pocos días antes de darse así la muerte había pagado Nonnato su última deuda con el producto de la venta de la última finca que le quedaba de las muchas que de su padre heredó, y era la casa solariega de su madre. Antes fue a ella y se estuvo allí solo durante un día entero, llorando su desamparo y la falta de un recuerdo, con un viejo retrato de su madre entre las manos. Era el retrato que traía siempre consigo, sobre el pecho, imagen de una esperanza que para él había siempre sido recuerdo, siempre.


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4 págs. / 8 minutos / 68 visitas.

Publicado el 25 de octubre de 2020 por Edu Robsy.

Ramón Gallegos y la visión holista de la educación

Fundación Ramón Gallegos


Ramón Gallegos, educación holista, inteligencia espiritual, meditación


Este ensayo está basado en los libros de educación holista del Dr. Ramón Gallegos. Existe una imperativa necesidad de evaluar  la importancia de renovar, refrescar y actualizar  la forma de educar a los estudiantes de los diferentes niveles que se ofrecen en México, para que esta educación responda a los retos que nuestra nación necesita urgentemente para preservar sus bosques, mares, sierras, lagos, flora y fauna en que algunas especies solamente se pueden apreciar en México, y preservar aquellas especies que por la naturaleza del clima o por lo rico de los bosques han tomado a nuestra nación como una casa temporal para su apareamiento  y alumbramiento como por ejemplo las ballenas, las mariposas monarca, hablar de santuarios es vivenciar la conciencia de cuidado, respeto y amor a los seres humanos y como consecuencia a los animales, a las tierras, a las aguas porque son para las generaciones presentes, pero pensando en el legado que debemos responsablemente dejar a la generaciones futuras.

La educación holista nace  en los principios de los 90´S, la cual está influenciada por tres corrientes; los nuevos paradigmas de la ciencia, la Filosofía Perenne y las aportaciones que han realizado los grandes pedagogos de la humanidad, siendo la Filosofía Perenne el corazón de la educación holista.


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8 págs. / 15 minutos / 33 visitas.

Publicado el 10 de diciembre de 2020 por Fundación Ramón Gallegos.

Ramón Gallegos y la maestría en inteligencia espiritual

Fundación Ramón Gallegos


Ramón Gallegos, educación holista, inteligencia espiritual


En educación holista, hablar de amor y felicidad es un asunto de vital importancia. La educación holista tiene como propósito fundamental la evolución de la conciencia y ayudar a reconocer lo que realmente somos. Este proceso de autoconocimiento genera alegría que se expresa en un estado de felicidad genuina, pues nace de nuestro ser interior. Es nuestra inteligencia espiritual, definida por el Dr. Ramón Gallegos como la capacidad de ser felices a pesar de las circunstancias, no a causa de ellas.  

En la formación como educadores holistas, el Dr. Ramón Gallegos hace mucho énfasis en la importancia del educador pues además del conocimiento académico, es una guía para los estudiantes, así que su conciencia y su presencia son con lo que trabajará y dará en su práctica educativa. En el programa de Doctorado en Educación Holista nos invita a ser conscientes de que nuestro amor y felicidad nutren la práctica educativa y la relación con los estudiantes, así que, como educadores debemos estar en una práctica constante de autoindagación, preguntarnos: ¿Soy feliz? ¿Amo mi trabajo y las actividades que realizo cada día?  ¿Amo a mis estudiantes, a mis hijos? ¿Qué me hace feliz? ¿Qué los hace felices? Estas preguntas las debemos hacer como educadores y como seres humanos y llevarlas también a la indagación con nuestros estudiantes. Indagar sobre la pregunta ¿Quién soy?, es un buen principio para el autoconocimiento.


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6 págs. / 11 minutos / 31 visitas.

Publicado el 10 de diciembre de 2020 por Fundación Ramón Gallegos.

Ramón Gallegos y la inteligencia espiritual en educación

Fundación Ramón Gallegos


Ramón Gallegos, educación holista, inteligencia espiritual


Escuchar a Ramón Gallegos Nava ha tenido gran relevancia para mí.  En lo profesional me da ahora la oportunidad de desempeñar mi trabajo desde otra perspectiva.  Me he dado cuenta que ha incentivado y activado mi creatividad, así como también ha mejorado la relación con mis alumnos y compañeros de trabajo.  Estudiar Educación Holista ha incrementado mi deseo por compartir lo aprendido, Podré tener ahora mejores oportunidades de trabajo e incluso, generarlas yo misma a la luz de la Educación Holista.

Lo anterior ha dejado en mí un  gran sentido  de triunfo y la seguridad de que podré llevar a cabo cualquier actividad que al respecto me proponga y en cada una  de esas actividades podré seguir aprendiendo.   Aprovecho la oportunidad para dar infinitas gracias al Dr. Ramón Gallegos Nava por la confianza depositada en mí para realizar éstos trabajos.

El mayor significado que ha tenido esta Maestría es que me ha hecho una mujer  feliz y libre.  Feliz porque la felicidad esta en mí; libre porque tenía mucho apego a generar pensamientos que me hacían sufrir.  Hoy he logrado hacerme consciente de ello, lo que se ha reflejado en un mayor control sobre ese tipo de pensamientos.

Las reuniones de mayor significado dentro de la maestría fueron aquellas en las que sentí contacto con mí ser interior:

1.    En la primera sesión de Maestría, el tercer día de trabajo tuvo gran significado ya que realizamos una meditación guiada que me llevó a sentirme plena ya que me di cuenta de que soy mucho más que una simple emoción.  En esta sesión recuerdo que lloré mucho, pero el llanto tenía relación con haberme dado cuenta que en mí había mucha más fortaleza de la que me reconocía.


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6 págs. / 12 minutos / 31 visitas.

Publicado el 16 de julio de 2019 por Fundación Ramón Gallegos.

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