El Peligro Sentimental
Abraham Valdelomar
Cuento
o sea
La causa de la ruina de Siké
(Cuento chino)
Cuando Chin-Fú quedó divorciado, realizó todos los arrozales que
constituyeran su heredad y decidió viajar, en compañía de un leal
servidor, por todas las aldeas de la China, presa de una cruel
neurastenia. En los largos y pesados caminos, ya fuera en sillas
cargadas por moghines, o en las canoas de paja, a la sombra de
quitasoles leves, bordeando los canales, ensayó todos los medios de
olvido: leyó los tres primeros libros del Ayu-Say, donde el
filósofo Meng narra la adorable infantilidad de Confucio, pero se le
caía el libro de las manos; buscó de intrigar su fantasía con los
cuentos picantes de Son-Vi-Hin, pero los arrojaba luego; un día
bebió aguardiente de arroz hasta que sus piernas claudicaron y en su
rostro encendido los ojos vidriosos durmieron bajo los párpados pesados;
otro día bebió la miel del junco amarillo hasta perder la razón; luego
aspiró el api-yin de Benarés hasta convertirse en un semidiós,
pero pasados los instantes del delirio, la cruel herida de su amor
sepultado se reabría nuevamente para sangrar con persistencia lacerante.
Entonces pensó en hacerse curar con un sabio famoso, Fan-Sa, hondo
sicólogo que habitaba como un eremita en las desoladas ruinas de Siké,
la gran aldea china que existiera allá por los tiempos en que Confucio
fumaba opio y dictaba lecciones de Moral en la Universidad de Pekín.
Hacia las ruinas de la gran aldea encaminó sus pasos el joven desconsolado y una noche, después de muchas, cuando las adormideras florecían, Chin-Fú llegó a las puertas de la muerta ciudad, donde todo lo que fuera algún día magnificencia, poderío y cortesanas galas, había desaparecido. Chin-Fú, que tenía ánima sensible, se interesó por las minas, y, llegado que hubo a la ermita de Fan-Sa, el sabio, conversó con él de esta manera:
Dominio público
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Publicado el 3 de mayo de 2020 por Edu Robsy.