La Tragedia en una Redoma
Abraham Valdelomar
Cuento
(Cuento simiesco)
Bajo la luz roja del quinqué, hablaba yo con "Aquel" que vive dentro de mí, de esta manera:
–Necesito un cuento –le dije.
–Mi querido Valdelomar, –repuso "Aquel"– voy a relatarle el que he visto...
Tu hermano te trajo, desde la fecunda lejanía del Madre de Dios, junto con la tortuga "Cleopatra" de que te hablara el otro día, unas flechas de chonta, vistosos collares de huesecillos, ricos atavíos de las Tahís montañeses y además, un mono...
Yo no he tratado muy de cerca a los monos, de quienes solo tengo referencias por Rudyard Kipling, quien los agrupa bajo el mote despectivo y genérico de los "vanderloog". Si bien es cierto que creía todo lo que de ellos apunta el poeta inglés, jamás mi alma fue enturbiada por la más leve aversión a tan ágiles pre-hombres, ya que los monos no son en el fondo sino trogloditas retardados. El mono de hoy será el sabio de mañana, así como el catedrático de hoy no es sino el mono de ayer...
–Ja! Ja! Ja! –le interrumpí...
–Además –siguió diciendo "Aquel"– este mono pequeño y juguetón, parecía conducirse tan bien! Sus mayores audacias eran subírseme al hombro por el codo, coger con delicado gesto furtivo una aceituna a la hora del refectorio, trepar a los muebles, cazar moscas y mirarse en el espejo. Cosas inofensivas y muy humanas, como ves.
Dominio público
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Publicado el 5 de mayo de 2020 por Edu Robsy.