El Collar de la Princesa
Alejandro Larrubiera
Cuento
Los ojos de la hermosa princesa Brisamor son como esmeraldas cuando el sol las acaricia con su lumbre de oro.
Los ojos de la hija del rey Amaranto jamás han sido empañados por el pesar.
Desconoce lo que es padecer, y su vida es como la de esos riachuelos del país del Encanto, que se deslizan plácidos entre riberas cuajadas de flores, sin que el espejo movible de sus aguas copie el negro nubarrón de las tempestades: el cielo que copia es eternamente azul, sonríe eternamente.
Todo cuanto rodea á Brisamor es azul y risueño: ni la más ligera nubecilla, formada por el desencanto ó la contrariedad, ha ensombrecido el espejo de su alma inocente.
Ni aun Eros, la más tiránica de las divinidades, ha sido huésped enojoso, como lo es casi siempre que se alberga en los humanos corazones: Brisamor se ha casado enamorada de su primero y único pretendiente, el príncipe que para galán hubieran soñado las más románticas princesas.
Todo sonríe en el camino de flores y de venturas que el destino ha trazado á la gentil y hermosa hija del rey Amaranto.
Sus ojos, del color de las esmeraldas cuando el sol las acaricia con su lumbre de oro, jamás han sido empañados por el dolor, antes por el contrario, de día en día es su brillo más intenso: que la alegría de vivir es antorcha prodigiosa para iluminar las pupilas de los mortales.
Ha llegado á la corte de Amaranto un viejo estrambótico llamado
Alfa, que cubre su esquelético cuerpo con una arlequinesca hopalanda
bipartida: rosa y negro son sus colores, y la caperuza con que se cubre
es de un tejido de oro que deslumbra.
Dominio público
5 págs. / 9 minutos / 77 visitas.
Publicado el 18 de septiembre de 2022 por Edu Robsy.