La Niña Lista
Aleksandr Afanásiev
Cuento infantil
Dos hermanos marchaban juntos por el mismo camino. Uno de ellos era pobre y montaba una yegua; el otro, que era rico, iba montado sobre un caballo.
Se pararon para pasar la noche en una posada y dejaron sus monturas en el corral. Mientras todos dormían, la yegua del pobre tuvo un potro, que rodó hasta debajo del carro del rico. Por la mañana el rico despertó a su hermano, diciéndole:
—Levántate y mira. Mi carro ha tenido un potro.
El pobre se levantó, y al ver lo ocurrido exclamó:
—Eso no puede ser. ¿Dónde se ha visto que de un carro pueda nacer un potro? El potro es de mi yegua.
El rico le repuso:
—Si lo hubiese parido tu yegua, estaría a su lado y no debajo de mi carro.
Así discutieron largo tiempo y al fin se dirigieron al tribunal. El rico sobornaba a los jueces dándoles dinero, y el pobre se apoyaba solamente en la razón y en la justicia de su causa.
Tanto se enredó el pleito, que llegaron hasta el mismo zar, quien mandó llamar a los dos hermanos y les propuso cuatro enigmas:
—¿Qué es en el mundo lo más fuerte y rápido?
—¿Qué es lo más gordo y nutritivo?
—¿Qué es lo más blando y suave?
—¿Qué es lo más agradable?
Y les dio tres días de plazo para acertar las respuestas, añadiendo:
—El cuarto día vengan a darme la contestación.
El rico reflexionó un poco y, acordándose de su comadre, se dirigió a su casa para pedirle consejo. Ésta le hizo sentar a la mesa, convidándolo a comer, y, entretanto, le preguntó:
—¿Por qué estás tan preocupado, compadre?
—Porque el zar me ha dado para resolver cuatro enigmas un plazo de tres días.
—¿Y qué enigmas son?
—El primero, qué es en el mundo lo más fuerte y rápido.
—¡Vaya un enigma! Mi marido tiene una yegua torda que no hay nada más rápido; sin castigarla con el látigo alcanza a las mismas liebres.
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Publicado el 15 de agosto de 2016 por Edu Robsy.