El Hombre Bueno y el Hombre Malo
Aleksandr Afanásiev
Cuento infantil
Una vez hablaban entre sí dos campesinos pobres; uno de ellos vivía a fuerza de mentiras, y cuando se le presentaba la ocasión de robar algo no la desperdiciaba nunca; en cambio, el otro, temeroso de Dios y de estrecha conciencia, se esforzaba por vivir con el modesto fruto de su honrado trabajo. En su conversación, empezaron a discutir; el primero quería convencer al otro de que se vive mucho mejor atendiendo sólo a la propia conveniencia, sin pararse en delito más o menos; pero el otro le refutaba, diciendo:
—De ese modo no se puede vivir siempre; tarde o temprano llega el castigo. Es mejor vivir honradamente aunque se padezca miseria.
Discutieron mucho, pues ninguno de los dos quería ceder en su opinión, y al fin decidieron ir por el camino real y preguntar su parecer a los que pasasen.
Iban andando cuando encontraron a un labrador que estaba labrando el campo; se acercaron a él y le dijeron:
—Dios te ayude, amigo. Dinos tu opinión acerca de una discusión que tenemos. ¿Cómo crees que hay que vivir, honradamente o inicuamente?
—Es imposible vivir honradamente —les contestó el campesino—; es más fácil vivir inicuamente. El hombre honrado no tiene camisa que ponerse, mientras que la iniquidad lleva botas de montar. Ya ven: nosotros los campesinos tenemos que trabajar todos los días para nuestro señor, y en cambio no tenemos tiempo para trabajar para nosotros mismos. Algunas veces tenemos que fingirnos enfermos para poder ir al bosque a coger la leña que nos hace falta, y aun esto hay que hacerlo de noche porque es cosa prohibida.
—Ya ves —dijo el Hombre Malo al Bueno—: mi opinión es la verdadera.
Continuaron el camino, anduvieron un rato y encontraron a un comerciante que iba en su trineo.
—Párate un momento y permítenos una pregunta: ¿Cómo es mejor vivir, honradamente o inicuamente?
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Publicado el 12 de agosto de 2016 por Edu Robsy.