El Vaquero que No Mentía Jamás
Alfred de Musset
Cuento
Había una vez un hombre que poseía un gran hato de vacas. Cuidaba de este un pastor que tenía la reputación de decir siempre la verdad. Un día que el pastor bajó de la montaña, el patrón le preguntó:
—¿Cómo siguen las vacas?
—Unas rollizas y otras flacas.
—¿Y el semental?
—Gordo y espléndido.
—¿Y los pastos?
—Verdes por unos lados y secos por otros.
—¿Y el agua de los arroyos?
—Turbia aquí, limpia allá.
Un día el propietario se dirigía al pastizal. Por el camino encontró a uno de sus amigos que también iba a ver su rebaño.
—¿Por qué llaman a tu vaquero «el hombre que no miente jamás»?
—Porque no ha dicho jamás una mentira.
—Yo lo haré decir una.
—Eso es imposible.
—¿Qué te apuestas?
—La mitad de nuestras fincas.
—Trato hecho.
El amigo del patrón empleó todos los medios posibles para hacer mentir al vaquero. Un día fue a cazar a un lugar que se podía observar desde el apancentadero donde se encontraba el vaquero que no mentía jamás. Cuando se hizo de noche el patrón le preguntó en presencia de su amigo:
—¿Ha ido hoy alguien a cazar a la montaña?
—Le diré, patrón: allá lejos en el monte, he visto a un hombre o una mujer subido en un caballo o yegua; llevaba una carabina o escopeta, y su perro o perra corría detrás de un zorro o zorra.
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Publicado el 21 de octubre de 2016 por Edu Robsy.