La Alucinación de Staley Fleming
Ambrose Bierce
Cuento
De los dos hombres que estaban hablando, uno era médico.
—Le pedí que viniera, doctor, aunque no creo que pueda hacer nada. Quizás pueda recomendarme un especialista en psicopatía, porque creo que estoy un poco loco.
—Pues parece usted perfectamente —contestó el médico.
—Juzgue usted mismo: tengo alucinaciones. Todas las noches me despierto y veo en la habitación, mirándome fijamente, un enorme perro negro de Terranova con una pata delantera de color blanco.
—Dice usted que despierta; ¿pero está seguro de eso? A veces, las alucinaciones tan sólo son sueños.
—Oh, despierto, de eso estoy seguro. A veces me quedo acostado mucho tiempo mirando al perro tan fijamente como él a mí... siempre dejo la luz encendida. Cuando no puedo soportarlo más, me siento en la cama: ¡y no hay nada en la habitación!
—Mmmm... ¿qué expresión tiene el animal?
—A mí me parece siniestra. Evidentemente sé que, salvo en el arte, el rostro de un animal en reposo tiene siempre la misma expresión. Pero este animal no es real. Los perros de Terranova tienen un aspecto muy amable, como usted sabrá; ¿qué le pasará a éste?
—Realmente mi diagnosis no tendría valor alguno: no voy a tratar al perro.
El médico se rió de su propia broma, pero sin dejar de observar al paciente con el rabillo del ojo. Después, dijo:
—Fleming, la descripción que me ha dado del animal concuerda con la del perro del fallecido Atwell Barton.
Fleming se incorporó a medias en su asiento, pero volvió a sentarse e hizo un visible intento de mostrarse indiferente.
—Me acuerdo de Barton —dijo—. Creo que era... se informó que... ¿no hubo algo sospechoso en su muerte?
Mirando ahora directamente a los ojos de su paciente, el médico respondió:
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Publicado el 26 de julio de 2016 por Edu Robsy.