Los Tomillareses
Antonio de Trueba
Cuento
I
En un hermoso y solitario valle de la Alcarria hay dos pueblecitos olvidados de todo el mundo, menos del Gobierno, que los tiene muy presentes cuando reparten las contribuciones.
Uno de estos pueblos se llama el Retamar, y el Tomillar el otro.
Los retamareses tienen fama de ásperos y amargos como la zarza y la retama, y los tomillareses la tienen de suaves y dulces como el tomillo y la miel.
Un caballero, montado en la cruz de los calzones, y llevando por único acompañamiento un perro, y por único equipaje una escopeta, llegó una hermosa mañana de primavera á una colina desde donde se descubrían las dos aldeas que ocupan los dos extremos del valle, y después de pararse y meditar un rato, continuó su camino hacia el Retarmar, que era el primer pueblo.
A tiro de piedra del Retamar, bajo unos hermosos álamos que se alzan á la orilla del camino, hay una fuente, donde en tiempo de calor no dejan de detenerse las pocas personas que por allí viajan, para beber un trago de agua fresca y cristalina y descansar un rato en un asiento de piedra toscamente labrado que hay al pie de los álamos.
Cuando el viajero del perro y la escopeta llegó á la fuente, un muchacho acababa de llenar dos cántaros de agua, que colocó en las aguaderas de un borriquillo, que mientras se llenaban los cántaros pacía entre los álamos.
El muchacho saludó cortesmente al viajero, y éste se detuvo y trabó conversación con el muchacho.
—¿Cómo se llama este pueblo?
—Se llama el Retamar, señor.
—No me disgusta su aspecto.
—Señor, aunque me esté mal en decirlo, mejor pueblo que éste no le hay en la Alcarria.
—¿Y aquel otro que se ve al fin del valle?
—Aquel es el Tomillar; pero no vale la mitad que éste.
—Y la gente del Tomillar, ¿qué tal es?
—La gente buena, pero muy boba.
—¿Cómo que boba?
Dominio público
14 págs. / 24 minutos / 43 visitas.
Publicado el 23 de diciembre de 2021 por Edu Robsy.